Luego resolvieron la paradoja con aquello de los universos paralelos y me puse con el principio de incertidumbre (si, es lo que tengo, mezclo churras con merinas así, a lo tonto), y el juego de combinaciones absurdas que pueden llegar a generarse entre el universo donde te dije que si, o el otro en que te dije que no, incluso uno más en que ni siquiera te dije nada, y en cada uno de ellos podría medirse con infinita precisión mi posición, pero en cada una de ellas habría infinita incertidumbre sobre su momento.
Así que en ese juego de noches en que las sábanas se reservan el derecho de admisión, giran en una misma espiral las caricias que podría estar dándote en el universo en que te dije que no, los labios resecos y las manos turbias del universo en que te dije que si, y los ojos ajenos y la respiración entrecortada del universo en que no te dije nada.
Y por todo eso acabo pensando que las casualidades son como los errores de raccord en una película, detalles de un universo paralelo que se han saltado de escenario y aparecen donde no se les espera, no encajan, pero sin embargo lo dicen todo, incluso nos hacen sonreir con ironía.
Y que lo inevitable es orden natural, el guión del universo que toca, el paso dos consecuente del paso uno, aunque a veces no tenga ni pies ni cabeza, y siempre haya quien le busque la lógica, probablemente porque así no tiene que pensar demasiado y baste con aquello de "será por algo".
Y luego estamos los que ni lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario, los que atesoramos casualidades en libretas de colmados de la esquina e inevitabilidades en sonrisas con dos de azúcar y así está bien porque es la única manera de estar tranquilo sabiendo que por mucho que uno se esfuerce, hay veces en que no se entiende nada.
Así que, en el universo en que te dije que no, acabamos de sonreir al ver toda nuestra ropa desperdigada por el suelo y nuestros labios ya son el carnet de identidad de las pupilas del otro.
En el universo en que te dije que si me he cruzado contigo por la calle y no te he reconocido, o mi memoria estaba pasando unos días en el campo y por eso me ha resultado extraño y ajeno que esos ojos negros me tatuasen a fuego la mirada un par de veces al día.
Y en el universo en que no te dije nada, las casualidades forman atascos de vuelta a casa y no me importa un carajo lo que le haya pasado al gato.
Resonando: Booksmart Devil_Silversun Pickups