Lo intento, por razones desconocidas, que salte, que sonría, que pierda la cabeza y los zapatos, el horóscopo y los lunes por la mañana, pero es complicado, desde aquí, poder conseguirlo. Aún así lo intento, por las mismas razones que ella no sabe, se pierde, se agota, se da la vuelta y le cuesta respirar, todo gira a más revoluciones de las debidas y se estira, se llena de colores lisérgicos, deja de entenderse, vuelve a caer, rebota, pierde esencias o las recupera, deja de responder preguntas que nunca se sabe dónde van o si tienen sentido, mira al fondo de cualquier acera, esquiva los charcos y mira al cielo cada veinticuatro minutos a ver si las nubes han decidido hacer esa figurita que ella espera, para volver a agachar la cabeza y tararear en su mente esa canción cuyo estribillo somos capaces de entonar casi a la vez desde allí, ella, desde aquí, yo. Cuando los sentidos se diluyen en un baile absurdo en que todo se confunde sin mucho destino o ninguno, como un carnaval delirante en mitad de ningún sitio...hasta que deja de sonar esa guitarra.
Y sin embargo, aunque no sepa contárselo debería decirle que las cosas se agotan, como la expansión del universo, como los días festivos y los besos en los labios con entrada para su concierto, y que nada suele acabar de esa manera tan clara con que acaban las malas películas, con esas dos palabras y su fundido en negro. Por razones desconocidas se quedan restos dentro que no se limpian bien, que dejan churretones que cuanto más no empeñamos en frotar, más se adhieren, y en cambio cuánto más nos olvidamos, más se diluyen, como una adivinanza bizarra que siempre acaba igual, que sólo somos capaces de entendernos cuando somos capaces de mirarnos desde fuera, y para eso seguirán existiendo y apareciendo más aceras grises y nubes con formas dementes, para poder seguir esquivando charcos, y llenando los pulmones de escaparates que no reflejan nada, de rellanos virtuales y más lunes de los que nos caben en los bolsillos, de aeropuertos y maletas hechas a todo correr, de universos expandiéndose todavía y dados sobre la mesa de los casinos...para poder llegar hasta el punto en que todo vuelva a empezar...por razones desconocidas. Por eso la espero yo.
Resonando: For reasons unknown_The Killers
Y sin embargo, aunque no sepa contárselo debería decirle que las cosas se agotan, como la expansión del universo, como los días festivos y los besos en los labios con entrada para su concierto, y que nada suele acabar de esa manera tan clara con que acaban las malas películas, con esas dos palabras y su fundido en negro. Por razones desconocidas se quedan restos dentro que no se limpian bien, que dejan churretones que cuanto más no empeñamos en frotar, más se adhieren, y en cambio cuánto más nos olvidamos, más se diluyen, como una adivinanza bizarra que siempre acaba igual, que sólo somos capaces de entendernos cuando somos capaces de mirarnos desde fuera, y para eso seguirán existiendo y apareciendo más aceras grises y nubes con formas dementes, para poder seguir esquivando charcos, y llenando los pulmones de escaparates que no reflejan nada, de rellanos virtuales y más lunes de los que nos caben en los bolsillos, de aeropuertos y maletas hechas a todo correr, de universos expandiéndose todavía y dados sobre la mesa de los casinos...para poder llegar hasta el punto en que todo vuelva a empezar...por razones desconocidas. Por eso la espero yo.
Resonando: For reasons unknown_The Killers