02 mayo 2007

El trabajo de los días

Porque las cosa están claras, aunque siempre aparecen charcos de ilusión en las baldosas del dormitorio, y es mejor recogerlos con cuidado, con la fregona, hasta que no queda nada.

Porque es mejor así, hay tanto veneno enredado entre nosotros que no tiene sentido intentar eliminarlo ahora, cuando ya no puede quitarse del todo.

Si lo pienso un rato, me quedo más tranquilo, sólo un rato, si lo pienso un poco más, entonces ya no puedo dormir, porque te imagino, y suena tu voz y tu olor se descuelga por el colchón.

Dentro de mucho tiempo nos acordaremos de esto, seguro, no habrá sido un mal sueño, no, habrá sido un buen puñado de grandes momentos, yo no supe manejarlos bien, al menos no como esperabas tú, pero siempre te recuerdo.

Y ahora, poco a poco, los días son los encargados de deshacerte lentamente en mi memoria, en mi olfato, en mis oídos, en las miles de cosas que circulan por el día a día y que saben a ti.

Los días tienen ese trabajo, yo mientras tanto debo dejarme estar, para que puedan hacerlo, y seguir caminando como si nada, como si fuese nuevo, que de algún modo, lo soy.

Buen viaje.

Resonando: Trust_The Cure

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