Llego a ti por tu cintura, por alguna de las dos entradas que tiene tu cintura, la del este y la del oeste, y en cualquiera de los dos es una entrada triunfal a tu ombligo, a tu mundo, que ya es el nuestro.
Y me quedo un rato paseando allí, porque es como el hall del edificio de los sueños, tu ombligo circular, como un leve dibujo mágico entre otras estancias de aquel edificio esculpido a los días laborables y los festivos por un color concreto.
Y al cabo del rato, me entra el ansia, lenta pero inexorable, de tener que decidir a dónde dirigirme. Podría salir hacia el norte desde aquel hall, pasear en aquel jardín rebelde y delicado a la vez, como una noria o un algodón de azúcar, y desliar mis dedos entre esa seda decidida y serena que tiene tu piel, o podría llegar al sur, al dormitorio principal, a ese lugar privado donde todo se derrite, donde nada dura más de lo que queremos que dure ni nada duele y cada loco con su loca, y sabemos mezclar como nadie manzanas, risas y ponerle tu nombre a los deseos.
Y lo susurro a tu oído y lo recorro con los dedos, un itinerario y un cuento, el cuento del hall de tu ombligo, el itinerario sin mapas que recorro con los ojos cerrados para estrujar todos los rombos que caben entre mis brazos y mantener conversaciones de unos minutos con la luna mientras tiene cobertura, porque luego y mañana, me quedaré con ese sitio al que ya le he puesto nombre, y al que quiero volver, el centro de tu edificio, la gravedad de tu sistema físico y del sistema meteorológico.....el hall de tu ombligo.
Resonando: Your body is a wonderland_John Mayer
3 comentarios:
Hummmm... bello paseo el que narras Iraultza.
Recuerdo alguien, muy especial en mi vida, alguien a quien en primera instancia le ofrecí ir allí... a mi ombligo ;-)
Besos de agua
Así como lo describes, en ese hall dan ganas de perderse (sin resistencia y ninguna queja ;)
...mmm...un delicioso recorrido, una visita guiada a los rincones más deseados. Me encanta. Qué tendrán los ombligos que tanto nos atraen? Tal vez lo que tu nos dices, es el hall, el punto de partida a un sinfín de placeres escondidos.
Besos de vuelta a casa
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