05 septiembre 2007

Ganas de ti

Enciendo la luz al entrar en ese pasillo de gravitatorios recuerdos o imaginación y ni siquiera siento breves mareos, nada, hoy la teoría gravitatoria tiene fiestas que guardar.

Llevo todo el día buscándote, entre charlas insustanciales, entre quince cosas a la vez, entre rostros que no me dicen nada y sin embargo no paran de hablar, entre bandejas de entrada que se llenan desde primera hora de la mañana y no consigo vaciar, como un bote lleno de agujeros en mitad del océano, y postergo, mientras tanto, tomar aquella decisión que tontamente había casi olvidado en las últimas semanas, y mientras tanto, me acuerdo de ti.

Esquivo varias miradas que no me puedan despistar y consigo quedarme a solas, como pretendía, para ir a aquel lugar a mediodía que suele dejarme nuevo, relajado y sin sorpresas entre las costuras de la corbata, y doy vueltas, del principio al final y vuelvo, una y otra vez, en un silencio que tarda en llegar, pero cuando llega se queda conmigo, y si, entre giro y giro, ahora también me acuerdo de ti.

Vuelvo a buscarte entre los botones de una máquina que no ofrece lo que se le pide y subo y bajo escaleras, y entro y salgo de varias salas, permaneciendo un rato dentro de cada una, diciendo lo que se me pasa por la cabeza, bueno, no todo, porque si lo dijese todo, entonces habría hablado de ti.

La decisión que postergué, por fin, aunque casi la había olvidado, la cojo por los hombros y me la echo a la espalda, buscando un nuevo aire, o simplemente poder respirar algo más, que no es mucho ni poco, sino todo lo contrario, como una lámina que me hace gracia aunque a ti te dé escalofríos, si, cuando salgo de aquel despacho, también me acuerdo de ti.

Y ahora si, enciendo la luz de aquel pasillo que parece convencido de que la gravedad la llevas tú, y busco tu abrazo, o los botones de tu vestido, o simplemente tus labios y tu cintura, y desabrocharme del suelo para flotarte los sueños, para acariciarte la espalda hasta que no puedas parar de reir, hasta que te susurre al oído aquel nombre con que me encanta llamarte y a ti te dé algo de rabia....si, hoy verdaderamente te he echado de menos.

Resonando: Ganas de ti_Jorge Drexler

5 comentarios:

Princess Valium dijo...

Nos pasamos el dia actuando como autómatas, arrastrados por la cotidianidad, por las obligaciones diarias que en el fondo no nos importan en absoluto; pero no dejamos de pensar, de llevar con nosotros aquellas cosas que de verdad nos importan y nos hacen ser quienes de somos realmente. Bonito pensar en alguien para luego abrazarse a ella al final del día.
Un beso

Anónimo dijo...

Suerte con la decisión!
Echar de menos está bien, y quitarse las ganas o saciarlas a medias también está bien.

Besos con suerte

sti dijo...

No sé por qué, pero con cada post me imagino a una mujer distinta. Ésta es morena, con el pelo rizado y la boca grande. Se mueve deprisa y lleva puesto un vestido azul.
Sabía que escribirías en miércoles. Últimamente, escribes los domingos y los miércoles.
Besos, Sr Euribor.

Angus Scrimm dijo...

Las decisiones que giran salas y habitaciones son las duras, mucha suerte!

Besos

adictaacruzarenrojo dijo...

" y desabrocharme del suelo para flotarte los sue�os..." eso despierta ganas poderosas de ti...
Un beso rojo gravitatorio