22 enero 2008

El deseo

El deseo nos extenúa, puede llegar, a veces, a demolernos por dentro, a dejarnos sin aliento y sin fuerza, a volvernos locos o a sedarnos el sentido común y las palabras, el deseo escribe libros, teorías, usa lenguajes absolutamente personales, busca en desiertos y naufraga en menos de tres palabras, se viste de gala para ir a funerales o juega a las cartas en mitad de una autopista, el deseo nos vuelve imbéciles, dóciles, nos pervierte y nos alienta, nos complica y siempre nos seduce, nos mira a los ojos o juguetea con lo más profundo de nuestros estómagos, el deseo nos articula los labios y nos quema las manos, nos pinta los pasillos y nos hace mudanzas de quince minutos, nos desarma y nos grita, el deseo se crece, se nutre y no se doblega, el deseo se convierte, muta y viaja, se despierta y se queda a pasar temporadas larguísimas, el deseo nos atenaza y nos cuenta todo lo que no queremos escuchar, nos hace la pelota y nos desangra, se ensucia, se perfuma y se disfraza, el deseo admite historia y algunas asignaturas de ciencias, pero no todas, el deseo nos gradúa y nos invita, nos satisface y nos deja desnudos, el deseo se apaga y se ríe, se deshace y hace méritos, al deseo le gusta la ironía y la noche, la luna, los susurros, pero sobre todo y ante todo, el deseo, la mayor parte de las veces, se basta por sí mismo.
Aunque desear puede llegar a ser algo muy duro. Los que más sufren, son los que no saben lo que quieren.

Resonando: I love the rain, the most_Joe Purdy

6 comentarios:

RETRATOS DE ROBERTO ALAMO dijo...

Y el deseo, a veces, también te grita desde lo alto de la escalera, y te roza los pies en la cama y tiene los pies fríos, y llora mientras desde la cama lo veo entrar al water a sonarse los mocos y pienso que maldito sean los segundos en que dije aquella frase que destrozó un corazón, y el deseo también se ducha mientras me pajeo frente a él, y el deseo me amenazó con acuchillarme una noche al teléfono porque le pregunte: "¿necesitas que vaya?, no quiero que estés sola y triste", y el deseo me regaló un cd de música tecno que a los cuatro días regale a otro deseo, y el deseo a veces se pone faldas demasiado largas y al pasar por mi lado no vuelvo la vista, y el deseo me soltó: "a tí te lo hago gratis" y no me lo hizo porque me daba miedo subir a su casa por si estaba el chulo y entre los dos me desplumaban, y el deseo en verano se asoma a la ventana del piso de enfrente y yo me asomo y hago que no miro pero no dejo de mirar, el deseo tiene muchas formas pero yo me quedo con una de ellas: la forma en que a la mañana al despertar me pide que le arrunche (que en Colombiano significa literalmente: abrázame tierna y pasionalmente a la vez).

Es un placer volver a leerte, Ira.
Un verdadero placer.
Te cubro de abrazos con dulzura pero sin Deseo.

NEBET-HET dijo...

Tú que me desnudaras descubriendome el placer que tanto anhelaba,
dejando en la superficie
todo aquello que yo ocultaba,
despertando en mi, la salvaje,
la mujer que esperas encontrar,
la insaciable, la vehemente...
Tú,que haras cada día
más intenso el deseo,
ese que crece y nada lo detiene,
que nada lo puede frenar...
Tú,que vendras a mi...provocándome sólo con existir.

Como decia Cervantes... "Amor y deseo son dos cosas diferentes; que no todo lo que se ama se desea, ni todo lo que se desea se ama." pero.... ¿ quien no se ha dejado llevar por el? ¿quien no lo ha confundido alguna vez?.

Un beso.

Giraluna dijo...

Veo que el libro sigue haciéndote pensar acerca del deseo...
Mejor no decir nada más, lo has dicho todo y lo has dicho demasiado bien.
Besos (y carita :))

Iraultza dijo...

Rober: por fin!!! Ya tenía ganas de saber de ti, de encontrarnos, de regresarnos...de darte un abrazo. Y tus palabras son un enorme abrazo, como sueles, brutalmente. Abrazos!!!

Nebet: siempre te leo con delicia, siempre tienes palabras precisas, exactas, frases certeras, y este caso no iba a ser ninguna excepción. Aunque "contradiciendo" a Cervantes (menuda osadía no?), creo que tendemos a confundir deseo y amor porque no es frecuente lo que realmente buscamos, y es que aparezcan a la vez, amor y deseo, fijados en el mismo punto, y en el entretanto, somos normalmente tan desorientadamente imprecisos que tendemos a confundir deseo con capricho, amor con deseo y a veces simplemente entre dos apetencias, pero si vienen juntos, amor y deseo, entonces ya es la hostia. Besos

Giraluna: si, verdad? Últimamente se da ese tipo de casualidades en que una parte curiosa de lo que leo, veo, escucho...tiene que ver con deseo, desde la teoría o desde la práctica, y me lleva haciendo pensar desde hace unas cuantas semanas, así que seguro que da para más. Besos par la carita.

espiralproscrita dijo...

deseo
tiempo y carne
y versos
y besos, de esos que te dejan la boca a medio cerrar,
de esos que atinan en el hueco impreciso entre tu frente y tu nariz, de esos que deslizan la saliva desde los labios hasta el séptimo cielo.
deseo
tus letras
como uno de esos presos que invocan dos tetas siliconadas después de 30 años entre rejas
sonrío
quizá porque pienso en esas dos tetas siliconadas, quizá porque el deseo ha vuelto a colgarse entre mis piernas, quizá porque encontrarte semidesnudo sin haberte quitado la ropa es delicioso, quizá porque saber que nos echamos de menos sin tenernos ni tocarnos ni sabernos vivos, me conmueve.

deseo
que me quieras un poco
menos que a nadie,
más que a cualquiera,
qúe me quieras
como a una fulana que te regala un beso un martes por la noche desde la esquina de la avenida 43, mientras forcejeas tu llave en el portal, nervioso.

deseo
que no te vayas, todavía.

un beso soslayado, mi querido Iraultza

Iraultza dijo...

Tus ausencias intermitentes han convertido mis modelos matemáticos en agua, igual que los martes por la noche en cualquier avenida o los festvos nublados, pero sigo organizando fiestas en la azotea de mis deseos cuando regresas para dejarme la boca a medio cerrar, con el botón de repetir pulsado cuando noto tus labios en lugares inconcretos donde te busco cada quince minutos o dos denuncias en comisaría. Subiéndote la falda cada vez que me sonríes y horadando en tu espalda las ganas de más para echarte de menos.
Y entre anuncios de romeos y julietas que se declaran por bluetooth o serenatas afónicas de vienes mucho por aquí, siempre me encuentran las ganas de ir a buscarte a aquel sitio donde nunca nos hemos visto para decirte que tus deseos me los he tatuado en el dobladillo de mi modo de ver el mundo, para que estén conmigo incluso cuando no me encuentro ni yo. Para decirte que si, que menos que a nadie y más que a cualquiera, que me sigo poniendo tu canción, que me quedo todavía pero dime "quédate", que tu deseo es una bendición y ya hace mucho que las yemas de los dedos te leerían los susurros bajando desde tus labios hasta el séptimo cielo que no cierra por descanso.
Besos soslayados.