26 enero 2008

Más de tres segundos

Dibujaba mapas en tu espalda como los ojos de los niños cuando ven por primera vez algo que les gusta mucho, con inconsciencia serena, la misma que se descolgaba de nuestros labios cóncavos y convexos, a un tiempo, encajándose al doblar las esquinas de cada habitación o en ese baile asincrónico que formaban tus tacones contra el empedrado miope de las noches de luna nueva.

Por eso me gustaba tomar aire cada martes de víspera, para poder morderte los pecados sin vergüenza que guardabas junto a tu sonrisa distraída cada vez que me mirabas a los ojos, o ese color que me gustaba tanto encontrar en tus mejillas y que investigué hasta sus últimas consecuencias, para ver hasta dónde había aprendido a contar.

Y me gustó descubrir que sólo había aprendido a contar impares, y había preferido quedarse en el primero de la cuenta, aunque eso no me lo contaste hasta después, mientras yo ya sólo veía el verde que lo llenaba todo cada vez que abrías los ojos y respiraba dos veces seguidas antes de acercarme a ti, para no caer por el camino, o agarrarte de la cintura como quien se posa sobre la barandilla de un barco, sin saber muy bien porqué, si para no marearse o simplemente para coger impulso.

Pero todavía no te has atrevido a mirarme a los ojos más de tres segundos seguidos y mi próximo reto es averiguar porqué.

Resonando: Taste_Nitin Sawhney.

9 comentarios:

Tristancio dijo...

Resbalo de un blog de deseos intensos, a otro que también cuenta deseos...

Y extraño ese tiempo de deseos...
Y pienso en que es una suerte no tener deseos cuando no se tiene con quien desear.

Saludos.-

Giraluna dijo...

La geometría sería más sugerente si se incluyera el estudio de labios cóncavos y convexos... Y creo que más de tres segundos de unos ojos al descubierto puede ser quizá demasiado tiempo, un desnudo irrevocable...

adictaacruzarenrojo dijo...

En tres segundos hay tiempo para morir y volver a nacer, para preguntarse que es lo que vas a hacer en los tres siguientes y vender 32 almas al diablo, mientras se coloca una corbata roja frente al espejo. Hay tiempo para encontrar 20 bares perdidos, decir 32 veces adios, para luego decir hola 33...

Iraultza dijo...

Tristancio: gracias por venir hasta aquí. Los deseos no siempre tienen objetivos precisos y definidos....pero esa es otra historia.

Giraluna: estoy completamente de acuerdo contigo, la geometría sería una asignatura brutal si se estudiasen esas cosas (se me ocurren otros temas para el programa curricular...será cuestión de plantearlo). Tres segundos de según qué miradas, si, pueden ser un desnudo absoluto, completo, sediento, delicioso...

Adicta: en tres segundos caben mundos enteros, reconquistas o pérdidas de aliento, veinte cosas que mirar y treinta y dos formas de seguir mirando, un puñado de recetas sin firmar y un modo distinto de aderezar las noches en que no ocurre nada, en tres segundo no cabe nada que no pueda quedarse a vivir con uno mismo, y cabe todo lo que uno quisiera llevarse al otro lado del mundo, en tres segundos viven los recién nacidos o los que no quisieron venir, pero hay momentos, escuetos, sangrantes, desnudos, que caben en veinte o treinta y dos modos de ver la forma de acariciar tres segundos.

NEBET-HET dijo...

"No puedo mirar tus ojos,
No debo pues si los miro sabrias lo que siento.
No puedo mirar tus ojos, no debo,
pues si los miro me quemas por dentro, desnudas mis deseos.
No puedo mirar tus ojos, no debo,
y sin embargo, no puedo parar de hacerlo"

Lindisimo, me encanto, no siempre se tiene la fuerza o la seguridad para mantener una mirada, a mi sinembargo me encanta nadar en las miradas, leerlas, exprimirlas, saborearlas... Un beso

Clarisse dijo...

En tres segundos se esconde el límite, el preciso instante en que ya no eres tú quien mira sino el otro quien observa. En tres segundos se muestran ante ti todas las barandillas y si permaneces, si continúas en las mismas pupilas, necesitas aferrarte a una y cerrar los ojos por dentro. Más allá de los tres segundos se empieza a confiar a ciegas.
Te lo digo por experiencia ;)

Iraultza dijo...

Nebet: por razones que se escapan muchas veces de lo puramente práctico, hay miradas que te enganchan a ellas como si se tratase de un acontecimiento mundial, y esas requieren un aliento especial para poder llevarlas más allá de tres segundos, para ser capaces de aguantarlas hasta ese punto en que no hay retorno. Besos.

Elena: en esos tres segundos puede muy bien cambiar el límite quinientas veces de lugar, pasar de mirar a ser mirado, a observar, a ser atrapado, se pueden organizar verdaderas vueltas al mundo, y al volver pensar que quizá sea suficiente con eso.

Elena -sin h- dijo...

Me intriga eso de que a veces sea sherezade y a veces Elena... misterios informáticos ;)

Iraultza dijo...

Jajaja, bueno, son dos lados que se parecen....al menos para mí...;-) ya sabes.