05 abril 2008

Otro

A veces me parece tan evidente que me da la sensación de haber sido un grandísimo torpe durante demasiado tiempo. Si, a lo mejor no resulta tan obvio al mirarlo parcialmente, pero es así, como eso que no se puede negar, como eso que sueltas a las tantas de la noche en el oído amable de una amiga y te niega que sea cierto aunque a ti te resulte casi matemático.

Solía ser un tópico manoseado desde hace muchos años, en charlas convencionales, hipócritas, oscuras, pero las cosas cambian y también las etiquetas, los modos, las maneras, las formas. Y a pesar d etodo nos negamos a ver lo que ya está ahí desde el primer día, lo que de una manera translúcida llega en el primer minuto del viaje casi, aunque de esa forma de verlo ya he hablado en otra ocasión, así que no insistiré por esa senda.

Por eso fue como un chispazo repentino, como un vendaval rápido y aséptico, preciso, una llamarada evidente y diligente en medio de otra noche perdida en las ganas de no volver a casa de un buen amigo. Lo vi claro mientras los cubitos de hielo marcaban las tantas en aquel vaso.

Él agachaba la cabeza mientras me decía que no quería volver aún porque así retrasaba lo que sabía que se encontraría, así podía fingir un rato más que su novia lo seguía siendo, así no tendría que enfrentarse todavía a que ella le dejase. Lo repitió muchas veces, quizá tantas como el número de pasos trastabillados que le conté mientras le acompañaba hasta su casa.

Quizá no me pedía una respuesta como esa cuando se detuvo en la puerta y me preguntó de manera deslavazada si yo creía que todo iba a salir bien. Quizá esperaba algún tipo de frase típica que te alivia un estricto segundo inmediato y luego puedes tirarla por el desagüe, quizá esperaba que le diese algún consejo de esos que proporcionan los que saben hacer las cosas bien, pero no le dije nada de eso.

Sólo me detuve y le respondí con algo que había entendido unas horas antes sobre mí mismo, de repente, como si no fuese evidente.

"Sube y termínalo, no le des más vueltas. Sabes, es siempre mejor hacer las cosas desde el lugar preciso, desde la primera fila, aunque duela o sea complicado, porque no hay nada más contaminante y venenoso, incluso a largo plazo, que darte cuenta de repente de que has sido el otro para las últimas tres mujeres que te han importado. Y tres mujeres son mucho tiempo".

Resonando: Creep_Radiohead

5 comentarios:

Elena -sin h- dijo...

Como dicen las abuelas, si duele es que está curando.
Es una lástima, pero la gran mayoría de los pasos importantes, fundamentales, que damos en nuestra vida vienen precedidos de algo que duele, o de algo que apenas percibimos. Supongo que es la única manera de que no nos volvamos locos ante la trascendencia de nuestros actos.

Y por cierto, le diste el mejor consejo.

Iraultza dijo...

Elena: no sé si le di un buen consejo, sólo sé que era lo que me dictaba mi empatía. De todos modos ando en fase algo descreída, por eso no le doto de demasiada trascendencia a según qué decisiones, sí es cierto que algunas duelen, lo justo, quizá porque a partir de cierto momento la realidad ha demostrado no ser nada cuidadosa ni consecuente, y uno acaba comportándose al contrario que la realidad...por joder supongo.

NEBET-HET dijo...

Me parece correcta tu postura para con tu amigo, no sirven de nada las mentiras piadosas, es preferible para él enfrentarse a la verdad, cuanto antes lo haga antes podra empezar a curar sus heridas.

En cuanto a lo de ser el otro,sin duda es preferible acabar las relaciones antes de perder el respeto. Un besito.

Giraluna dijo...

Difícil dar ese consejo, y seguramente fue más difícil escucharlo.
Qué duros son esos momentos en los que lo ves venir, sabes que va a pasar y que no puedes evitarlo, por mucho que hagas, por muchas copas que te tomes para retrasarlo, por muy despacio que andes, acabarás llegando al portal y recibirás el tercer 'adiós'...

Besos

Iraultza dijo...

Nebet: no lo hizo, pero no soy quien para decir nada más, hay intimidades que sólo las conocen realmente quien forma parte de ellas. Y respecto a eso de ser el otro....incluso cuando empezaba, a veces sin saberlo, otras conscientemente, me arrogué ese papel, que al final resultó ser cierto. Besos.

Giraluna: a veces aunque sea difícil, hay que hacer el esfuerzo, en ambos sentidos. Aunque no lo veamos, o no queramos verlo, es más complicado cuanto más lo retrasas, cuantas más copas pides, cuanto más acercas el adiós a ningún hola...aunque el tercer adiós te convierta en otra cosa que ni siquiera imaginabas. Besos.