15 junio 2008

¿Vas a venir?

Quizá no importe, o siempre haya importado demasiado, quizá nunca supimos hacerlo como sabemos hacerlo ahora, pero las cerraduras nos muestran insidiosas algunos detalles que no quisiéramos ver el uno del otro, pero no podemos dejar de mirar. Tú miras, y aunque no te gusta lo que a veces ves, sigues mirando, y me preguntas, y yo envuelvo la respuesta de modo que sin mentirte, nunca lo he hecho, se envuelve lo suficiente, e insistes, de modo que ya no envuelvo nada, te muestro lo que hay, de manera directa, clara, así está todo, ese es el que soy, desde ayer, y ya hoy.

Y aunque no lo veo, lo sé, sé que pondrás esa mueca que conozco, que conocía, perfectamente, agradeces mi sinceridad, pero hubieses preferido que la verdad fuese otra, distinta, más neutral, más aséptica, más limpia, pero no lo es, lo que hay lo percibes cuando miras por esa abertura esquiva de la cerradura, cuando me ves convertido en lo que hubieses querido que fuese ya entonces, pero no era todavía.

Yo respondo y pregunto, tú no contestas, pero sí preguntas, y vuelvo a responderte, aunque ya no pregunto más, eso lo sabes, no insisto, pregunto una vez, sabiendo que me has entendido, y si evitas la cuestión, si rozas la curva delineada de la pregunta, si conviertes el texto en otra cosa, no insisto, ni por orgullo ni por nada, simplemente no continuo por ahí, lo amartillo en el trastero de los meses huérfanos y lo dejo estar.

No te lo he dicho, ni te lo diré, pero yo también sé atar cabos (no demasiado bien, eso si, pero algo me ha quedado), y aunque nunca respondas a mis preguntas, sé por dónde respiras los números impares, qué lagunas te horadan los labios, qué lista de la compra guardas cuando te das un baño y qué te hiere las ganas, pero sólo lo pregunto una vez, para escucharlo de tus labios, y como nunca lo dices, no vuelvo a preguntar.

No sé si eres consciente, de esto no estoy nada seguro, pero hay alguna casualidad extraña que nos ha dado una breve oportunidad de poner los relojes en hora. Sé que es breve, enorme y potente, pero breve. Por una vez, yo he llegado a tiempo. Quedan pocos minutos para que tú puedas girar la esquina y aparecer. Luego ya no. Habrá ciudades extrañas, esquinas de avenidas que no se conocen, y las cerraduras no dejarán pasar la luz. ¿Vas a venir?

Resonando: Peak bomb_Kalim Shabazz

12 comentarios:

AAN dijo...

Respuestas no hiladas con palabras pero que están tatuadas en la mirada, en las manos, incluso en la respiración. Para qué hablar, si ya está todo dicho.

Besos

Tango dijo...

Vaya, vaya, vaya... qué pequeña es la blogosfera!

Un abrazo,

JK

Naty dijo...

Conociéndola como parece, da la sensación de que nunca se ha ido... Saluditos :)

espiralproscrita dijo...

ojalá haya torcido la esquina antes de esos 3 últimos minutos de paciencia.
vuelvo desnuda a esta cala, como hace tiempo. sonrío al leerte, Iraultza, porque sigues mojando mis pies con tu orilla, y mi cuerpo sigue hundido en tus arenas movedizas a ritmo de asonancias viperinas.
Eres un cabo que voy a atar a mi tobillo, sin ánimo de apaciguar tus ansias de libertad. pero te quiero conmigo, aún a tres mil kilómetros de distancia.

brindo por tu textura holográfica cárnica y cuántica.

incoherencias que me devuelven a ti impaciente.

a tus pies, iraultza.

NEBET-HET dijo...

Por suerte el tiempo es un camino de ida y vuelta.....Un beso.

Tita dijo...

Hoy me he quedado calladita, sin saber qué decir (escribir), pero pensativa, muy pensativa.

Besos enormes

Iraultza dijo...

Aan: hay veces que no está todo dicho, sólo se da vueltas, y vueltas...conviene ir cerrando círculos. Besos.

Tango: jajajajajaja, sí verdad? Qué grande, no te esperaba por aquí, pero me parece una sorpresa estupenda. Todo bien? Abrazos.

Naty: o se fue nada más llegar...abrazos.

Espiral: nunca torció aquella esquina, lejana ya, aquella oportunidad, que nunca resultó serlo.
Pero tu llegada a estos faros, a esta cala, a esta orilla lenta a veces, y a veces tormentosa te esperaba ansioso, como se ansía todo lo intempestivo e irracional, tus idas y regresos, nuestras despedidas que son bienvenidas y una vuelta a empezar desde lo más alto que al acercarnos se convierte en el comienzo de otra subida.....no desanudes ese cabo atado a tu tobillo, porque ya sabes que a un centímetro o a tres mil kilómetros, nos bañamos, siempre, en al deliciosa libertad de equivocarnos. Besos esperándote Espiral.

Nebet: a veces, aunque nos demos la vuelta, nos detengamos, volvamos a caminar...no conviene regresar...Besos.

Tita: pues a mí me gusta que digas, que digas, siempre lo haces bien (espero que ese estado pensativo sea positivo). Besos sin pensar.

Tango dijo...

Todo bien, contento de "verte". Un día nos tomamos unas cervezas y te cuento la peripecia completa que me ha traído hasta aquí. Muy bueno el blog.

Abrazos,

JK

Iraultza dijo...

Eso está hecho, tengo ganas de verte. Abrazos.

(s_gg) dijo...

No responder ciertas preguntas frecuentemente aporta la misma información que sí hacerlo. Lo malo es, como dices, que son esas respuestas las que más queremos escuchar.

Elena -sin h- dijo...

Como duelen esas veces en las que el silencio te cuenta aquello que no quieres llegar a escuchar...

Sigo aquí, aunque no lo parezca ;)

Iraultza dijo...

(s_gg): es cierto. Hay preguntas que cuando empiezan a atisbarse en nuestra cabeza, deberíamos ignorarlas de inmediato, porque si es si, no ayudan, y si es no, nos duelen.

Elena: esos silencios que se hacen bola....si. Me gusta saberlo, que sigas aquí ;-).