05 enero 2009

La playa del oeste

Sobre la cómoda de madera, antigua, rozada y restaurada, de mi dormitorio descansaba el pasaje de avión. Me puse la camiseta y me acerqué hasta allí. Ella dormía aún, las luces del amanecer sólo teñían con retales azulones pequeños pedazos de la habitación.

Tomé el billete entre las manos, prestando atención a dos cosas: las ciudades de salida y destino, y la fecha; Bruselas-Nueva York, 16 de noviembre. Hace tres días.

Giré la cabeza para verla dormir y con la mano derecha abrazando el billete y mis ojos sobre su pelo algo alborotado que le manchaba el rostro, tuve la sensación de que en ese instante yo era el hilo de unión entre el pasado (mi pasado) y el futuro (nuestro futuro).

El billete de avión, un pedazo inerme de cartulina, escondía bajo la tinta impresa millones de días en que ni siquiera sabíamos, el uno para con el otro, que existíamos, aunque varias veces tan sólo nos separaron metros. Su pelo algo alborotado sobre su rostro, y ella durmiendo, con la respiración acompasada, rítmicamente pausada, me decían que allí estaba mi futuro.

La memoria es como un acomodador insatisfecho con la propina que te cuenta el final de la película. Y apenas puedo recordar, ahora, cómo era yo entonces, cuando estuvimos tan cerca el uno del otro y no nos reconocimos, no la reconocí entre la gente, no fui capaz de sentirme desmayado de placer al contemplar sus ojos. Cuando nos adentrábamos en nuestra primera madrugada juntos, ella, me dijo lo mismo: "es curiosa esa marea que nos ha estado llevando tan cerca, que nos alejaba sin permitirnos conocer al otro, y sin embargo ahora nos pone uno junto al otro, de nuevo, pero bajo el mismo edredón".

Resonando: Seven Lives_Enigma
*Como dice una amiga, esto es de la nevera (del congelador mejor dicho), forma parte de un relato que se hizo demasiado grande.

5 comentarios:

Tita dijo...

Me gustan las vueltas de la vida, un día, te rozas sin querer con una persona que no sabes que mañana te hará temblar, otro, descubres que el blog de Iraultza sigue vivo.

Te mando el primer beso de buenas noches dosmilnuevero

Anónimo dijo...

Me alegro al comprobar que has regresado. He caído en ello algo tarde, al coincidir contigo en una entrada, y tan sólo darte nuevamente la bienvenida aunque sea con retraso.

Y un fuerte abrazo desde el Otro Lado.

Princess Valium dijo...

Curioso el azar y como, sólo algunas veces, nos maneja a su antojo. Alguna de esas veces es para bien.
Besos de año nuevo

Carapuchiña Vermella dijo...

Apareció, casi por casualidad...así son los mejores momentos..

Cosiendo, cosiendo...a través de la autopista de las palabras...llegué a este blog...

Aquí me quedo, aunque pueda lastimarme.

Iraultza dijo...

Tita: tienes toda la razón, las casualidades, las causalidades, los gestos que parecen leves y se convierten en terremotos, la teoría del caos aplicada a cada minuto de nuestros días, o a las noches menos esperables....y tú por aquí, también me gusta....mis primeros besos de retorno (no te devuelvo los tuyos, estos son otros eh?) del nuevo año.

Borja: me alegro de que tú vuelvas, sea cuando sea. Abrazos de vuelta.

Princess: el azar casi siempre nos maneja a su antojo, hace poco leí un párrafo muy relacionado con esto....pero no lo recuerdo literalmente a ver si lo rescato...pero si, algunas de esas es para bien, incluso a veces, para muy bien y todo. Besos comenzando el año contigo.

Carapuchiña: bienvenida hasta aquí, es y será un placer que te quedes por aquí y prometo acogerte sin que te lastimes...