27 septiembre 2009

De aristas y caos...

Cada cierto tiempo, sin buscarlo, acabamos descubriendo algo diferente de nosotros mismos, que quizá, en ocasiones, hubieses sospechado ya desde hace años, pero que nunca habías percibido en toda su inmensidad. Caminas en silencio, entre multitud de personas que se van cruzando contigo en una tarde cualquiera de lo que parece ser el resabio de un verano caluroso. No miras a los ojos de la gente que se va cruzando frente a ti cada pocas décimas de segundo porque tienes los pensamientos puestos en otras cosas, y caminas como un autómata, realizando de manera maquinal y eficiente los movimientos precisos para no chocarte con nadie, para esquivar a todo el mundo que camina sin ninguna prisa mientras busca, espera, piensa, miente, cree, suspira, observa, aspira, anhela, o simplemente está, allí, en esa gran avenida del centro de la ciudad que parece acoger a todo el mundo sólo un rato, nada más, para que luego desaparezcan.

Tu respiración se va entrecortando cuando comienzas a caer en la cuenta, cuando empieza a desaparecer, incluso, el rumor sordo de la avenida, los coches, las frases y conversaciones de la gente, las sirenas, los claxon, alguna música y los pasos, pero dura unos segundos, luego se retira para volver a aparecer unos segundos después, como humaradas de breve consciencia de lo que te configura lo más recóndito de lo que eres en tu forma de sentir. Miras al fondo de la calle, lejos, por encima de las cientos y cientos de cabezas anónimas, y la sombra tenue que comienza a fabricar la caída de la tarde parece haberse dado cuenta de lo que acaba de desplomarse sobre tu pensamiento, por eso se retuerce débilmente aún sobre los chaflanes y la cornisas de los edificios, porque dentro de unos minutos, unos cuantos, los habrá devorado del todo.

Nunca es tarde para descubrir realmente las propias aristas defectuosas de uno mismo, de esa forma se puede poner remedio, aunque tarde demasiado, y mientras tanto, apartarse de esas miradas que buscan, esperan, piensan, mienten, creen, suspiran, observan, aspiran, anhelan o simplemente son, para no aportar ni un gramo más de caos, a lo que ya está lleno de ello.

Resonando: Today has been OK_Emiliana Torrini

No hay comentarios: