21 marzo 2010

Luciérnagas...


Cuando la primavera no se atreve a abrir los ojos por miedo a que le caiga encima, probablemente, una capa de nieve que se derrite de los tejados de cualquier cabeza sin sentido del humor a estas alturas del año, a veces se abren avenidas en mitad de ningún sitio, a las que te enfrentas con paciencia, en silencio, mirando fijamente la curva extraña que hace el horizonte al final de donde alcanzan tus ojos, y cambiando a veces la mirada para recorrer hasta el mínimo detalle de los ángulos rectos que forman los bordillos al cruce con la calzada, y tras respirar hondamente un par de veces, comienzas a caminar aunque no tengas ni la más remota idea de a dónde lleva esa avenida.

Porque en ocasiones, cuando ni siquiera esperas un gesto más allá del que hace un semáforo al cambiar de color de manera automática y programada, encontrar un hilo despegado de su madeja es más que suficiente para agarrarse a él casi sin fuerza para no quebrarlo, y ver dónde comienza el ovillo o simplemente encontrar el punto en que se quedó enganchado y saberse, en otra parte.

Cuando en la garganta se desliza con mimo una cerveza fría con limón y el olor a salitre comienza a configurar los parámetros de tu piel al doblar alguna esquina de cualquier ciudad, piensas que mientras se escucha al fondo el murmullo en sordina de algo que todavía no entiendes del todo, el sonido cadencioso de tus auriculares son capaces de recordarte que cuando no se espera nada, una breve sonrisa desconocida enciende las luces al borde de cualquier playa desierta, y es capaz de rozar tu espalda con la caricia justa en el momento preciso, para hacer arder lo que no tiene formas definidas.

Resonando: Fireflies_Owl city


* Fotografía: MIXA

2 comentarios:

Mercromina Roja. dijo...

A veces estamos en standby esperando ávidos impulsos a los que agarrarnos para seguir el ritmo. O al menos para seguir abriendo los ojos cada mañana.

Saludos =)

Iraultza dijo...

Y muchas de esas ocasiones son precisamente cuando menos lo esperamos, cuando menos conscientes somos de que debemos agarrarnos, simplemente lo hacemos, sin ser conscientes de ello hasta después....

Abrazos.