03 junio 2007

Bombones en tu ombligo

Nos miramos unos segundos en aquel atasco, y yo perdí el norte, como sólo se pierde por unos labios, pero tuve la suerte de poder disimularlo, íbamos en coches separados.

A la segunda ocasión me sonreíste, y supe que aquel cuello que se podía ver levemente entre tu pelo ondulado debía saber a algodón, porque los anuncios de placer siempre saben dulces.

A la tercera va la vencida dicen, así que aquella vez anoté mi teléfono en un pedazo de papel y cuando estuve a tu altura lo colé por tu ventanilla, supongo que lo viste al llegar a tu oficina, mientras tanto, no parabas de reir, y eso me gustó.

No nos encontramos más en aquella carretera de circunvalación, pero no te tuve que echar de menos más que dos o tres días, los que tardaste a enviarme un mensaje: "El otro día aprendí a apreciar los atascos, qué pena que no sirvieran copas, para habernos tomado una juntos".

Lo leí a la hora de comer, y tuve que pedir la cuenta rápidamente, era complicado intentar responderte con aquel ruido de platos, siempre he preferido tus susurros.

Al llegar a la oficina, un mensaje volaba hacia ti:"Los atascos ya no son lo que eran, los han hecho de bajo coste. Podemos cenar en el centro o tomar bombones de chocolate en tu ombligo".

Era primavera, pero me contestaste al anochecer, bajo esa suave brisa que olía a tu ropa interior:"He dejado de cenar en el centro, se tarda mucho desde que te toman nota hasta llegar a tu cama".

Salía por la puerta camino de una cena con amigos, me volví para enviarte mi dirección en otro mensaje.

Ahora no sé si prepararte café, aún no te has despertado y no sé cómo te gusta el desayuno, pero hoy no pienso coger el coche, nos hemos inventado una excusa, y hay dos coches menos en esa carretera. A ver si vuelven a poner copas en los atascos, aunque ahora a quién le importa, si tengo la huella de tu lengua por todo mi cuerpo y tus susurros en mis oídos y te he contado los lunares varias veces, pero tengo que volver a contarlos, porque quiero memorizar ese número.


Resonando: Mushaboom_Feist

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué bonito todo, Iraultza. Ay.
Has visto un corto que se llama Sintonía? Si no lo has visto aún, te gustará.
http://youtube.com/watch?v=3IzgXQv0J7M

Iraultza dijo...

No lo he visto, pero gracias por ponerlo por aquí, lo veo y te cuento.

Gracias por venir.

Iraultza dijo...

Un corto muy divertido, y esa canción de la Chapman...

Los atascos son grandes lugares, a veces (aunque a lo mejor sea ella la que es una psicópata no?)
Gracias.

RETRATOS DE ROBERTO ALAMO dijo...

Me hubiera gustado escribirlo a mi, Iraultza.

Gran texto!!.

PD: Ya estoy en Madrid, cuando quieras tomamos esa caña, compañero.

Abrazos, poeta.

Iraultza dijo...

Tu presencia por aquí ya sabes que me llena de orgullo, y tus palabras de calidez.

Abrazos.

* Te mando mail y concretamos.

adictaacruzarenrojo dijo...

mmm...me gusta...
un beso rojo

Anónimo dijo...

Llegué aquí de la mano de una adicta a cruzar en rojo... y me quedo... con tu permiso. Llego tarde porque me he leído todas las entradas de la portada. Y quiero seguir leyendo.
Me guardo las ganas para luego!
encantada

Iraultza dijo...

Tienes todo el permiso que desees. Es un verdadero placer que hayas llegado hasta aquí.

Vuelve siempre que quieras, te estaré escribiendo, seguro.