26 agosto 2007

Planes de circunvalación

Si, si, ya lo sé, yo no lo había planeado, no había hecho la compra de sensaciones en esas tiendas pequeñas de una gran ciudad que es donde se encuentran las cosas más bonitas, pero eso era antes.

Yo, como suele pasar en estos casos, estaba en otra cosa, no pensaba en nadie, ni mi cama era demasiado grande ninguna noche. No había puesto la mesa de las ganas de echar de menos, no había pensado en volver a quitar un vestido como me gusta quitarlo, poco a poco, pero, insisto, eso era antes.

No pensaba en ningún color concreto, ni en abrazos de los que pintan un viernes de azul, no había pensado en recorrer su ombligo cuarenta y dos veces ni en contar los centímetros que hay entre sus labios y los míos.
Pero ahora no puedo evitarlo, y tampoco quiero evitarlo, quiero contar hasta cuarenta y dos, con un color entre los labios y las cosquillas entre su ombligo y mi boca.

Si, si, ya sé, que estas cosas se nutren de casualidad, de oportunidad, de esperar, de no pensar, de no pensarlo, de no pensarse.

Pero no había hecho inventario de confidencias, ni balance de deseos, no tenía la partitura de los días impares sobre la mesa, ni las ganas habían conseguido la pole.

Si, si, ya sé, a quién le importa todo eso. Y tienes razón, porque ahora las ganas han hecho vuelta rápida, pole y podio, los dedos se me deslizan solos echando de menos ese ábaco donde contaré sus respiraciones entrecortadas, he aprendido varias palabras nuevas que ahora pronuncio con frecuencia para mí, y los mapas de repente se han hecho pequeños, como si no importasen.

Hay un reloj sobre mi mano con la tapa trasera abierta, y se ve el engranaje, mil ruedas minúsculas perfectamente engarzadas, que giran cada una a su tiempo, pequeñas piezas que tienen su función, un bol lleno de fruta, un plato repleto de tortitas y el techo de la cocina impoluto, suenan canciones que me hacen morderme los labios y guardo en la memoria un olor en forma de manzana, las tentaciones están diseñadas para caer en ellas y la lista de planes siempre recorren una carretera de circunvalación en torno a ella.

Resonando: Confianza_Gotan Project

9 comentarios:

sti dijo...

muy Sabina. muy chulo.
besos.

RETRATOS DE ROBERTO ALAMO dijo...

No se debería caer en la tentación, se debería "vivir" en ella.
Acertado texto, como todos y cada uno de los caramelos literarios que nos regalas, amigo.
Abrazo bogotano.

Princess Valium dijo...

La tentación resulta deliciosamente peligrosa cuando se cae en ella y la incrustamos en nuestra vida, porque a veces, a veces está delante de nosotros y no podemos tocarla.
Mil besos de vuelta a la "normalidad".

Naty dijo...

Una carretera que a cualquiera le gustaría recorrer (y no sólo una, muuuuuuuuchas veces)... Disfruta de la suerte, las conspiraciones del destino o de la ocasión cuando te toque... Y el acelerador, pisálo como quieras (lentito o a tooooooda velocidad)que las tentaciones decidan ;)

Anónimo dijo...

hay tentaciones en las que hay que caer siempre. en las que debería ser obligatorio caer.
hay otras que no, claro. lo difícil es aprender a distinguirlas... a lo mejor las carreteras de circunvalación son una pista. no lo sé...

Anónimo dijo...

No hay como descubrir de nuevo a quien ya creías descubierto. La dulzura y el talento para sentir son cualidades casi olvidadas, menos mal que llega el invierno, cuando hace frío y tienes que taparte con una manta junto a la ventana mientras escuchas llover en la calle. Es el momento para recordar lo que es importante, para calentarte las manos con los instantes que dibujaste, que creíste entrever en un haz de luz opaca que viene y va, y viene de nuevo. Aprovecharé este invierno para recordar y redescubrir, compañero, y te leeré mientras sonrío tu dulzura y tu talento para sentir.

botas de agua dijo...

Qué delicia de texto, Iraultza. no creía que pudiera soprenderse a quien ya está sorprendida. Pero lo conseguiste. Quiero comerme este post.

Iraultza dijo...

Sti: gracias por ese muy. Besos.

Rober: la tentación debería formar parte de nuestro aliento, cierto. Abrazos siempre.

Princess: alarga la mano....y tócala. Welcome back.

Naty: carreteras de circunvalación en los que la velocidad te la da la propia autopista...gracias por las recomendaciones ;-)

Vega: seguro, tienen multitud de carteles, por eso son una gran pista.

Mor: redescubrirse, en invierno bajo una manta y bañarse en dulzura y calentarse las manos con haces de luz....si, Mor, me apunto al plan.

Botas: jeje, alíñalo a tu gusto, hay tentaciones que generan unos menús taaaaan deliciosos que uno no necesita ningún talento para pintar la carta en cualquier cuartilla.

adictaacruzarenrojo dijo...

Siempre me fascinó el perfecto funcionamientos de esas minúsculas piececitas de los relojes..... pero...estás seguro de ese techo impoluto??? jajajaja yo no apostaría tanto....jajaja (o si...)
Un beso rojo de vuelta