26 diciembre 2007

Nadie

Desde aquel sitio, tan cerca de la ventana, podía ver a cierta distancia las luces rojas de tantos coches regresando a la vez a su vida doméstica, o simplemente yendo a otro lado, donde quizá les estuviesen esperando, en un ejercicio algo atribulado de cariño o simplemente despiste de lo cotidiano. Aguantó unos instantes la mirada oblicua mientras desde otro punto alguien le decía "hasta mañana". No varió la mirada mientras descolgaba de sus labios aquel formal "adiós". No había sido un mal día, ni siquiera uno de esos extraños ocasionales, pero en ese momento era como si las luces rojas del atasco de salida le hubiesen diluido el ánimo, como esas pastillas efervescentes al contacto con el agua.

Volvió a colocar su mirada sobre la pantalla, para intentar regresar al documento que estaba revisando unos minutos antes, pero no volvió a pensar seriamente en ello, simplemente dejó los ojos posados sobre esa bolsa de letras apelmazadas. El silencio, a esa hora, ya le acompañaba, no había más voces, ni timbrazos de teléfonos, ni ruidos de dedos tecleando. Anticipó el sabor metálico en el cielo de la boca cuando bajase al parking desierto, las luces industriales tiñéndolo todo de huidas, o simplemente de cruces en los que había tomado la dirección equivocada, podía anunciarse la canción que comenzaría a sonar al encender el motor del coche, casi como si pudiese entender entre líneas esa forma ingrata en que la música le susurraría las ausencias invisibles.

En la rotonda donde seguía habitualmente de frente, giró hacia la derecha, no quería encontrarse con luces rojas y esa sensación de algunos días inesperados de que nadie le esperase, así que condujo hasta ese otro sitio, donde tampoco le esperaban, pero al menos podía conjurar durante un rato la mayor parte de luces y ausencias, y de una forma algo egoísta, el ir y venir en el agua le dejaría lo suficientemente cansado como para no tener que escuchar ningún eco, ni seguir ninguna huella, como si de nuevo, también esas sensaciones efervescieran al contacto con el agua. Hasta el día siguiente.

Resonando: Nude_Radiohead

8 comentarios:

Giraluna dijo...

Ni un mal día, ni extraño, tampoco bueno, sólo un momento en el que no puedes definir exactamente lo que te ocurre, lo que necesitas o lo que echas en falta... Sí es verdad que esa sensanción se diluye (ése es el verbo;), y se irá perdiendo poco a poco... al menos hasta el día siguiente.

Iraultza dijo...

Es una sensación que a uno le visita con una frecuencia caprichosa y afortunadamente, si, se diluye, con esa efervescencia que en muchas ocasiones se agradece.

NEBET-HET dijo...

La nada es un infinito que nos envuelve: venimos de allá y allá nos volveremos. La nada es un absurdo y una certeza; no se puede concebir, y, sin embargo, es.

Para mi es la sensacion mas desoladora, pero en ocasiones, es el camino para volver a sentir.

Saludos.

vega dijo...

que silencio se escuchaba mientras te leía... y casi podía ver las luces de la ciudad a través de esa ventana... el atasco, la piscina, la soledad que a veces pesa (y otras falta o hace falta).
La soledad que no es más que una sensación que no depende exactamente del número de personas que nos rodean...
Muy bonito. Precioso.

(y me alegra ver que desaparece efervescente y se diluye en el agua con cloro)

besos en copa flauta

Princess Valium dijo...

Todos necesitamos huir de lo cotidiano, dar un giro, coger la dirección opuesta y encontrar la paz y las fuerzas necesarias para seguir adelante al día siguiente. Bucear hasta quedarse sin aire y luego sacar la cabeza y volver a empezar.
Besos x 12

Iraultza dijo...

Nebet-het: me has recordado a una estrofa de una canción perdida hace años que decía algo como "nada, como alma helada, que nada es". Siempre hay que utilizar algo así como incio, no como fin. Saludos.

Vega: a veces nos pasa, como en esta ocasión, que el silencio que me rodeaba al escribirlo, lo acabas teniendo tú cuando lo lees, y "percibes" las luces rojas....y tienes razón, no es una cuestión de cuántas personas te rodeen. Lo bueno es que al aparecer te deja algo grogui, pero en cuanto te asientas en el suelo, si tienes las suficientes ganas, puedes emular a Ali en el famoso combate de Zaire y ganarle la partida, es cuestión de escuchar levemente él bisbiseo de lo efervescente...Besos con bshshshshshs.

Princess: si, es una especie de terapia energizante contra lo gris de uno mismmo para que se largue, y lo consigue, eso es lo mejor. Ene besos.

ALEJANDRA dijo...

te re-encontré , donde "Nadie" , donde todos y compartir.
siempre estamos girando..

besos
alejandra

Iraultza dijo...

Me gusto que me reencontraras entonces, y sigamos girando. Besos también para ti Alejandra.