05 julio 2009

Algunas mesas sin limpiar


Un taxi que no sabe girar, una canción que no se ha escrito, una forma diferente de llorar a mediodía, los poemas que se escriben en mesas de blackjack, las aceras que no se pueden pisar, los aviones que siempre vuelven al mismo sitio, los colores que no se pueden explicar, una noticia en el telediario que nadie se cree, un olor colándose por la ventana y quedándose a dormir toda la noche, los enemigos que nunca declaran guerras ni muestran su rostro, las colmenas que aparecen en cada farola, las ciudades donde no cabe nadie, los supermercados sin estantes ni luz, los llantos de bebés que no saben sonreír, los terremotos que sólo siento yo, los temores que no tiene nadie, las palabras que suenan a cine clásico y a canciones baratas, los talleres donde se reparan costados y tristezas, las perezas amontonadas entre la ropa por planchar, las canchas de deporte donde nadie corre para no llegar demasiado pronto, los puentes donde hace demasiado calor para dormir, y las ventanillas llenas de vaho, cambiarse de ropa para no tener que cambiarse de ganas, serenatas de otros como recién casados, dudas que nunca tienen opción C, frases que arañan los labios y se derrumban contra el suelo, organizaciones sin objetivo pero repletas de gente, miradas que venden muy baratas sus miserias, susurros que se quedan en el aire y nadie recoge, la hora punta en mitad del desierto, los burdeles sin neones y a la luz del día, los surtidores de gasolina en medio del verano, un armario lleno de ropa que huele a naftalina, vendedores en mitad del otoño, cantantes que no se saben los estribillos, mujeres que visten sin ropa, sentencias que no se llegan a firmar, deudas mal hipotecadas en un sábado por la tarde, una televisión encendida que no mira ninguno de los dos, la cena fría, un espacio muy pequeño que parece gigante, la temperatura tan gélida en mitad de julio, un cumpleaños olvidado, un mensaje que nunca llega, teléfonos ardiendo, restaurantes sin plato del día, correspondencia sin sellos, murmurar por no callar, los recuerdos que tienes que anotar, los pájaros que se pierden en cualquier avenida, las cuerdas de tender, la ropa sin lavar, el sueño que no tuvimos, las ganas dejadas a plazo fijo, una caña sin aperitivo, un domingo lluvioso, unas vacaciones sin planes, una fiesta sin guardar, no haber nacido para ser el que se queda con la chica. Y todo lo que puede convivir en tu cerebro mientras no observas nada, mientras atardece y se hace de noche, mientras no eres capaz de hacer nada más.

Resonando: Nefertiti blues_Rebeca Jiménez


*Fotografía de Jim Wehtje

4 comentarios:

María dijo...

Joer está muy bien..... son cosas que de verdad pueden pasarnos a todos a diario.
Un saludo!!

Iraultza dijo...

Gracias María, por llegar y dejar tus palabras, bienvenida siempre que quieras. Saludos.

Susodicha dijo...

...me recree en todos esas nadas borboteando.
Frases cortas que podrian narrar una historia.

Un beso and saludete.

Iraultza dijo...

Cada una de ellas podría narrar una historia, tienes razón, y casi cada una conforma un universo específico...