28 octubre 2007

Down to the ground

Como las gotas de agua que horadan lentamente el estómago, sin detenerse, una tras otra, con la cadencia armoniosa de su propia seguridad desnuda de toda intención.
Como el susurro articulado una noche que no te lo esperas, lentamente, llegando a tus oidos y disparándose solo, y sin duda, en tu nuca, para deshacerse poco a poco hasta llegar a todo lo que quisiste ser aquella tarde del preverano.
Como los ojos que nunca fueron tuyos pero los quisiste besar cada cinco minutos, para que alguna huella se quedase a vivir allí, y, quizá, el carbono 14 de los días sin motivo ni razón pudiesen datar el origen de aquellos labios que no querían despegarse de tu cuello y que ahora no los reconozco como míos.
Como la mirada huidiza de los días entre semana u olvidadiza de los no laborables que no riman con aquella palabra que formó parte de mi vocabulario cuando el calendario era una sucesión sin importancia de números y el color de los festivos me dibujaba caricias en el paladar.
Como esa curiosa cicatriz que ha aparecido entre los dedos y grita cada veintitantos minutos de los ratos en que nada se queda conmigo, y un desierto, incluso de hielo, sería un lugar más confortable que mis brazos descorrelados o mi lengua huérfana.

Corro detrás de mí a ver si me alcanzo, pero no tiene sentido dar tantas vueltas para encontrarme con la espalda, siempre es mejor mirarse de frente y aceptar lo que uno es, y lo que uno quiere, y quedarse en aquella habitación tan cálida por si le da a alguien concreto por tocar en la puerta de las madrugadas que no saben de relojes ni meridianos.

Resonando: Paradise_Madonna (Mirwais & Daft Punk Edit)

2 comentarios:

Princess Valium dijo...

toc, toc, toc...se puede? ¿Me invitas a una taza de te mientras no llega ese alguien concreto?
Besos

Iraultza dijo...

El agua ya está hirviendo. Besos.