11 octubre 2007

La cajita de música

Suena a adolescente de barrio de ciudad dormitorio, a soledad, a esa acerado laconismo de los viernes laborables de invierno cerrado, a mediodía nublado de ciudad en día de fiesta, a polígono industrial entre calles desiertas y sucias, a una transición mal llevada que va de los plastidecor a los condones, a aceras llenas de charcos y todo el tiempo del mundo sin nadie que te espere para cobijarte, a vasos de cristal barato con cubitos de hielo deshechos y citas a las que nunca llegaremos, a agachar la cabeza al ritmo de la madrugada de otro domingo más, a tatuajes bajo la piel que no se ven a la luz pero duelen cuando cambia el tiempo, a cuadernos que se van desvencijando tarde tras tarde entre las manos frías de una semana de exámenes, a playas en las retinas a las que nunca volveremos, a una rodaja de sandía del verano anterior mientras gira una peonza entre escombros, a unos ojos negros que cambiaron el ángulo de un minuto para otro, a los recreos que no nos quieren y a los partiditos que no jugamos, a la lengua que no recordamos y a los cuellos que nos bambolean, a olor a gasolina mal quemada y a soportales amarillos, a mercados de barrio y carreras de chapas en el callejón que ahora admite yonquis de dieciséis años, a tubos de escape trucados y jugar al rescate, a farolas amarillentas iluminando carreteras de circunvalación con unos multicines al fondo, a ropa que no te sirve y la vecina del cuarto, a horarios cuadriculados y partidas incansables de mus, a la filmoteca y minis robados mezclados con besos detrás del ministerio, a no decirnos que no, a radiofórmulas y muchos libros, a Azca y los puentes de diciembre, a “vámonos de aquí que quiero emborracharme en otro sitio” y a “cuándo volverás?”, a campanas marcando las horas en punto y las medias y a medias que se deslizan entre susurros, a trenes de cercanías y el botánico, a lo que quisiste ser y nunca serás, a lo que soy y fui, a lo que no fuimos capaces, a lo que prendimos nuestros calendarios, a todo lo que importa y alguna cosa más.

Resonando: La cajita de música_Quique González

6 comentarios:

(s_gg) dijo...

Una cajita que suena a recuerdos...

Angie dijo...

Me ha encantado.. sí.. recuerdos en una cajita.. todos.. buenos y malos.. y el sabor a añoranza en la lengua, arañando..

y no decirnos no..

precioso, Iraultza, precioso..
besos de otoño rojizo para ti..

Iraultza dijo...

(s_gg): a todos los recuerdos que caben en cuatro minutos y veintisiete segundos, que pueden llegar a ser un mundo.

Angie: el sabor a añoranza en la lengua, arañando.....si, lo clavaste, preciso, certero, como un disparo ciego a la línea de flotación...besos del color que quieras para este otoño tuyo.

Princess Valium dijo...

En definitiva, una cajita que suena a vida.
Besos

vega dijo...

y es curioso como para mi esa canción es otra cosa totalmente diferente... qué don tienen los artistas grandes!!!

Iraultza dijo...

Princess: una de esas cajitas que tienen....no sé, algo. Besos.

Vega: si, eso es lo grande de algunos, que escriben una canción y cada uno de los que la escuchan entiende una canción diferente, como si hubiese sido escrita para uno.