01 febrero 2008

730 mas...


Si hubieses prestado algo de atención podrías haberlo visto, incluso antes de ver consumirse esos 730 números, mientras, podrías haber asistido a ese modo tan preciso de jugársela un poco, valiente, dos veces dos, una en cada mitad, y siempre perdiendo, aunque a estas alturas casi no importe demasiado haber perdido, sino haber jugado.

Si se lo preguntas cualquier noche de estas, te dirá que no, que esa es la receta que recogió en la seguridad social para que los duelos no doliesen demasiado, pero que realmente por eso ahora se ha buscado un seguro privado, porque quiere que le receten una de esas en que se la juega y tiene más posibilidades para no acabar cayendo al vacío, para variar, y quizá, con suerte, evitarse las listas de espera y tener que contar hasta 1196 y tener que volver al impar, tres cruces, justo cuando había decidido pintar la pared, y sustituir el cabecero de la cama, para que la próxima noche con sesión golfa, las manos puedan agarrarse a una madera nueva, más oscura, y decida quedarse a ver amanecer entre croissants recién hechos y una canción tarareada al ritmo en que el zumo se arremolina en el exprimidor o la llama de una vela baila ansiosa al compás del cuento que le está contando al oído para que no se le olvide el norte de sus ganas de más o el este de sus días laborables.

De momento hoy es 761.

Resonando: (A veces me pasa, que resulta complicado detenerlo). Nude_Radiohead.

* La fotografía (Chema Madoz)

6 comentarios:

Giraluna dijo...

..."A la sombra de tu luna
se acunó mi corazón,
se borraron mis arrugas,
mi casa se iluminó.

Germinaron mis canciónes
de las que yo merecía,
se paró el reloj de arena,
730 días..."

No sé si tiene algo que ver o no con la canción anaranjada o si queda muy lejos del cabecero de madera por estranar, pero me acordé de Drexler al leerte (y hacía tiempo que no abrazaba esta canción...)

Iraultza dijo...

De una manera algo tangencial, si, si tiene que ver con esa canción, así que me alegro de que te la haya hecho recordar porque subyacía en todo esto algo que tenía un ligero olor a ese tema.

Nenita dijo...

Siempre lo que importa es jugar!!! aunque perdamos! Si no juegas para qué vives? Me encanta tu blog. besossssss

Anónimo dijo...

Supongo que es así cómo suelen suceder las cosas.

¿O no?

Un saludo desde el Otro Lado

Elena -sin h- dijo...

Algún día empezaré a contar los días. De momento, resulta más poético, más hermoso y, también, menos doloroso ir contando los pasos en la espalda, el aliento en la nuca y repasar la cuenta atrás de los lugares en los que, aún, nunca he besado.

Y no es optimismo, es pura necesidad.

Iraultza dijo...

Nenita: como decía Torrebruno no? Si, a veces perder es añadir una probabilidad más de ganar a la siguiente. Besos.

Borja: me temo que en este caso ya tratas con un convencido, si, es como suelen suceder las cosas, para bien o para mal, que eso no se sabe hasta después. Saludos.

Sherezade: me parece mucho más deliciosa tu forma de contar, sin dudarlo un segundo, prometo tomarla como método para los días impares. Y claro, claro, no es optimismo, eso seguro, quién se habrá empeñado en decir que sí verdad? ;-).