04 febrero 2008

Mirar más allá

En otra de esas casualidades exógenas, me he cruzado con unos cuantos días de diferencia, con una frase o un párrafo que quiere decir lo mismo, y lo dice con palabras muy parecidas, primero en un libro, y luego en el guión de una película que a priori no tiene nada que ver con el libro.

Es esa misma frase o párrafo que explica casi con precisión de delineante todas esas ideas sin cocinar que uno mastica en determinados momentos de la vida, o cuando intenta explicarse a uno mismo determinadas cosas por las que ha ido atravesando y poniéndose perdido de manchas.

En ocasiones no queremos mirar de verdad, por miedo a verlo, por miedo a comprenderlo, por negarnos a nosotros mismos lo inevitable, lo que ya está desde el principio, por miedo a reconocer lo que es cierto, porque si no lo vemos, si dejamos de mirar en la superficie, podemos seguir creyendo lo que queramos creer, podremos seguir ilusionándonos y manoseando ese futuro inconcreto y malabarista, podemos seguir traduciendo gestos, modos y detalles a nuestro antojo.

Pero si hiciésemos ese esfuerzo un poco más a menudo, sin temor a ver lo que hubiese que ver, nos ahorraríamos con mucha más frecuencia de la que creemos los desencantos, las frustraciones y las decepciones.

Porque siempre se puede ver más allá, más allá de lo que eres junto a alguien, de lo que ese alguien desea o anhela sin decirlo, lo que sois juntos o por separado, los hilos sueltos que se van quedando entre tanto, por eso, si uno pone verdadera intención y hace el esfuerzo de escucharse una vez visto, una vez se ha mirado lo suficientemente dentro, siempre se ve más de lo que parece. Lo complicado, claro, normalmente es ver y seguir adelante siendo consecuente con lo visto. Porque somos así de osados, y negamos haber visto más allá y creemos que seremos capaces de poder con aquello que no pinta bien, que las cosas saldrán como deseamos, no como hemos visto que irremediablemente saldrán.
Por eso a veces, a posteriori siempre, claro, tendemos a soltar aquello de se veía venir, uno se da cuenta de lo que realmente significaba aquella frase que le dijeron o dijo, aquel gesto extraño o aquello que hizo...porque no quisimos verlo realmente en su momento, pero ya estaba allí entonces.

Para escuchar la frase o el párrafo, el maravilloso personaje que lleva adelante Morgan Freeman en "El juego del amor", para leer sobre ello, "Tu rostro mañana" de Javier Marías.

Resonando: Hope for hopeless_A Fine Frenzy

9 comentarios:

Princess Valium dijo...

Es imposible, creo, no dejarnos llevar por el "optimismo".Por ese: "cuando llegue ya lo solucionaremos", o ese: "no nos preocupemos antes de tiempo..." Forma parte de nuestra naturaleza, tal vez como arma de defensa ante lo que podría denominarse, la parte más jodida de la vida. Si no fuera así, andaríamos siempre preocupados, ¿no crees?
Besos

Elena -sin h- dijo...

Tu rostro mañana seguramente será el siguiente libro que caerá en mis manos, siempre me ha gustado Marías y esas reflexiones "sin querer" que producen sus líneas...

Mirar más allá requiere valor, fuerza de voluntad y memoria y tendemos siempre que podemos a dejar las heridas para más tarde...

Iraultza dijo...

Princess: puede resultar inevitable, pero no pretendía decir que uno deba ir "sospechando" mal augurio, sino que a veces, afortunadamente sólo a veces, nos negamos a mirar de verdad ciertas cosas, y que si fuésemos lo suficientemente temerarios para hacerlo nos ahorraríamos más desolación, aunque pudiese parecer contradictorio de inicio. Todo ello, por supuesto, sin renunciar a ilusionarse (una cosa nunca quitará la otra, faltaría más) es una cuestión de "selección". Besos enormes y bienvenida con abrazos.

Sherezade: pues entonces no tienes uno sólo, tienes tres volúmenes para sumergirte, ando por el tercero, y si te gusta la forma de apresarse en los detalles extremadamente estirados, entonces estos te gustarán. A mí me gusta y algunas páginas son deliciosas, te dejan ideas rebotando en tu propia cabeza, aunque ni siquiera tenga relación con el relato, sino con lo que te ha provocado.
Y si, para mirar más allá, al menos fuerza de voluntad y valentía se requiere, por eso no lo hacemos tanto como debiéramos, supongo.

Nenita dijo...

"...porque no quisimos verlo realmente en su momento, pero ya estaba allí entonces"... buff
Cuánto miedo Iraultza, cuanto valor para leer frases como está...

Por muy cierto que sea, por muchos beneficios a largo plazo que nos traiga... dime tú cómo digerir tantos encontronazos con la cruda realidad? Dime cómo vivir con los ojos abiertos en los tiempos que corren... miramos de reojo hasta que no nos quede margen...

Si tuviéramos valor...

Besossss

Naty dijo...

Dos nuevos integrantes en mi lista de "pendientes" (leyéndote la peli y el libro tienen buena pinta)... Gracias anticipadas ;)

Anónimo dijo...

Imagino que esto pone de manifiesto aquello de "la importancia de las pequeñas cosas" que decía Michael Rapaport, totalmente ido de la chota, en "Very Bad Things".

Un fuerte abrazo desde el Otro Lado.

Giraluna dijo...

Porque si no lo vemos podemos creer que no está y dejarlo pasar, taparle la boca con cinta aislante para que no grite en nuestra cabeza, para que no moleste y nos deje tranquilos, y así ahorrarnos el mal trago de escucharlo y ponerle solución, de confesarlo en voz alta, de aceptarlo. Lo malo es que nunca se va y cuando te das cuenta tal vez ya es demasiado tarde...o tal vez no.

(Me saca de quicio que me digan aquello de "te lo dije" -si me das un mapa sigo el recorrido- )

.JL. en los afelios dijo...

Ese golpe a veces es mas el miedo a darselo, que el dolor causado por la caida,
mañana volveré vacío...

Me gusta como piensas,
y como lo expresas.

Quizá mirar mañana
sea mas fácil,
un poco aquí
o donde van los pensamientos de verdad.

P.D:Llego tarde al post anterior,
pero te dejo mis felicitaciones,
y mi gran devoción por Chema Madoz,
pude ver aquella exposición donde el edificio de telefónica, me apasionó...

Un abrazo

Iraultza dijo...

Nenita: tampoco tengo la receta, es simplemente una intención, o al menos, una comprobación, a posteriori, de ciertas cosas que funcionan, aunque parezca lo contrario cuando lo están intentando. Pero si, si tuviésemos valor.....besos.

Naty: espero que te gusten, tano el libro como la película.

Borja: casi siempre las pequeñas cosas son las que cambian el rumbo de las grandes, o al menos las que atesoramos. Qué gran película yu qué grande Rappaport allí. Abrazos.

Giraluna: es más sencillo negarlo, o taparle la boca como dices, o no hacerle caso, o hacer como que no lo hemos visto...siempre es más sencillo, siempre es más agradecido en ese instante, pero no siemrpe es más eficiente a largo plazo, ni mejor incluso para nosotros. (Si, si, eso de te lo dije suele molestar bastante, porque a veces es como reconocer que ya, que ya lo sabíamos, pero creímos preferible equivocarnos en directo, y no quedarnos con el consejo).

.jl.:tienes toda la razón, cuando se consigue pensar friamente, casi siempre es peor el miedo que anticipamos, que el dolor de después. Madoz es genial, podría pasar horas y horas mirando sus fotografías (también vi aquella exposición). Sus fotografáis resultan demoledoras a veces, lúcidas casi siempre. Abrazos.