08 julio 2007

El sabor de esa copa de vino

Desabrochó el último botón de su camisa como quien abre el frigorífico por curiosidad, pero sin hambre, esperando encontrar lo que ya de inicio se sabe que no va a estar.

Colgó la camisa en su percha y fue hasta la cocina a servirse una copa de vino, la corbata descansaba afortunada en el sofá casi nada más entrar en casa.

Apagó todas las luces de la casa y salió a la terraza para recibir los leves resabios de brisa que ocasionalmente calmaban las horas calientes del día a estas alturas del año.

Sonó el móvil dentro, esa melodía suave que tenía puesta y que apenas podía escucharse, pero que evitaba esos sonidos horribles y estrambóticos que se escuchaban normalmente. Giró levemente la cabeza, como un gesto inane de quien sabe que no va a ir a cogerlo, pero muestra que lo está escuchando sonar.

Le dio un par de sorbos a la copa de vino y pudo paladear mentalmente el sabor que tenía ese mismo vino en el ombligo de aquella mujer increible con la que se había cruzado sin querer una semana atrás y de la que no había vuelto a saber.

M. No había dado señales desde hace casi dos meses, y empezaba a echarla de menos, de esa manera tan intensa, voraz y extraña en que había aprendido a echarla de menos.

El tráfico se había detenido en la ciudad, y se dio cuenta de que un rato después debía volver a despertarse. Terminó la copa de vino y volvió dentro de casa. Cogió el móvil y revisó la llamada. Era un número que no conocía. Además había un mensaje: "hola, soy esa a la que ni siquiera dijiste tu nombre, aunque yo tampoco te dije el mío. Esta noche he tomado una copa del mismo vino que compartimos, y el sabor me ha recordado a ti. Solo quería saber si tenemos más botellas en la bodega".

Puso una sonrisa cómplice, y prefirió esperar a la mañana siguiente para contestar, era demasiado tarde.

Hace cuatro meses que no sabe nada de M. Y la sigue echando de menos de esa forma intensa y certera. Ya no hace tanto calor, y sale a la terraza menos. Al final, no quedaban botellas de aquel vino en la bodega, o no las supo encontrar. Y ha dejado de beber vino, porque dice que últimamente, le deja un extraño sabor de boca.

Resonando: un cd de Nina Simone al completo.(Y demasiado tiempo esperando en un aeropuerto).

10 comentarios:

arabesque dijo...

Que agradables son los sms erótico-provocadores. Esos que te hacen poner a enfriar el vino, afeitarte el sexo, o encender velas por toda la casa.
Gran cosa es la espontaneidad.

Liška dijo...

Y qué personales son las asociaciones, qué increiblemente poderosas a nuestros paladares... verdad

Un beso refrescante Iraultza

Anónimo dijo...

siento tu espera aeroportuaria. o me alegro. ya no lo sé. enganchada en "echando de menos de esa forma intensa y certera"

besos sin esperas

Anónimo dijo...

siento tu espera aeroportuaria. o me alegro. ya no lo sé. enganchada en "echando de menos de esa forma intensa y certera"

besos sin esperas

Angie dijo...

Copas de vino mordiendo suavemente los labios, que no al revés..
y compartir.. incluso en la distancia..

desabrochar botones ajenos en lugares desconocidos.. en nuestra mente.. o fuera de ella..

besos calurosos..

Princess Valium dijo...

El poder de los sentidos, nada más fuerte que eso. Sabores, olores...mmm..mejor si traen buenos recuerdos.
Un beso

Irene dijo...

Una copa que une casualidades, lágrimas de vino que se quedaron durmiendo en la retina. Ni siquiera sabían su nombre pero a veces eso ni importa para echar de menos.
Las cosas más increibles como puede ser una botella de vino son las que avivan los recuerdos, las que dan sabor a la vida.

Un abrazo =)

RETRATOS DE ROBERTO ALAMO dijo...

"...o no las supo encontrar...".

Para mi, la premisa del texto radica en esas cinco palabras.
Algunas veces, no sabemos encontrar lo que deseamos.
Algunas veces, el instinto, nos hace "no encontrar" lo que deseamos (yo, casi siempre me fío del instinto que nos hace ciegos ante lo que está ahí, y se puede tocar).

"...o no las supo encontrar...".

Te abrazo
Enhorabuena, como siempre, Ira.

(s_gg) dijo...

Extraño, supongo, porque no le deja el sabor de M en la boca.
De Nina Simone me quedo con "Ne me quitte pas".

adictaacruzarenrojo dijo...

No, no me gusta el vino…en cambio bebería ahora una copa…
Echar de menos nunca apetece…y si no hay en la bodega, se va al supermercado mas cercano…no?