19 octubre 2007

O blanco o negro


Tomamos muchas decisiones cada día. Inconscientes, absurdas, meditadas, impulsivas o simplemente por inercia. A veces nos da por hacer esos juegos malabares que son los balances, ese neto de lo que salió bien, o eso creemos, y lo que salió mal, o eso desconocemos.

Alguien a quien aprecio cada día un poco más me decía hace poco que los domingos suelen ser muy proclives para eso, para sumarnos y restarnos con nosotros mismos, y que de una u otra manera, los que no sabemos contar muy bien o lo hacemos con los dedos, tenemos querencia a vernos cada domingo con saldo deficitario, por eso no nos gustan demasiado los domingos, al menos cuando los miramos a mediodía.

Pero lo mismo que los domingos, nos pasa con cada octubre, cada fiesta de guardar, cada nochevieja, cada vez que se nos rompe el corazón, cada última mirada o cada vez que tiramos la camiseta que más nos gusta. Por eso creo que no es una cuestión de balances, ni de netos, ni de sumar y restar, sino de seguir cantando aquello de aún me queda rock & roll en el pecho y miles de cerillas sin gastar.

Hace tiempo que dejamos de buscar, y simplemente encontramos, por eso cada ciertos meses, nos duelen los duelos y hacer limpieza en los cajones, porque nos obliga a seguir transitando, aunque eso suponga que siempre haya quien nos mire y se pregunte "por qué sonríe este".

Hace un rato, diez minutos antes de acabar en la otra punta de la ciudad que hoy parecía un mundo (si, por lo de aquella frase de Durrell mal traducida del francés), me ha salido en voz alta la frase que me anudaba el estómago últimamente y que no me había escuchado todavía.

Cuando lo que tengo entre los labios o en el cielo de la boca es algo importante, recuerdo que sólo he tomado una buena decisión en mi vida. En esos casos siempre decido quedarme con el blanco o con el negro, pero nunca a mitad de camino. (Siempre conviene llevar una moneda en el bolsillo, porque Caronte la exigirá para cruzarte al otro lado del río).

Resonando: Avenidas de tu corazón_Quique González

2 comentarios:

Elena -sin h- dijo...

Hace un tiempo, por decisión unánime, mi hermana y yo decidimos borrar un día en concreto del calendario. Desde entonces, y hace ya tiempo, nunca me ha dado por pensar que hay que hacerlo de nuevo. Porque sí, los domingos suelen ser un asco pero están ahí para que escribamos, hagamos balances y el lunes salgamos dispuestos a cambiar lo que no nos gusta.

PD1: No me creo que sólo hayas tomado una buena decisión en tu vida. Ná, me niego a creerlo, quizás sólo hayas tomado una "gran" decisión buena pero pequeñas buenas decisiones habrás tomado a patadas. Haz una lista con ellas ya veras (me acabas de inspirar un post :P)

PD2. Vas a ver a Quique y te odio un poco. O un mucho, depende de las ganas que le eche :P

(s_gg) dijo...

Hacer balance supone la mayoría de las veces adentrarse en un laberinto que de antemano sabes que carece de salida. En cualquier caso supongo que lo hacemos porque en ese mismo laberinto es otras veces donde nos encontramos.
Me gustaron mucho el texto y la foto.