17 octubre 2007

Una de esas noches

A esas horas insanas en que si no has cerrado los bares, se te abre el corazón. En la frontera de aguas internacionales que ofrece el quicio de la puerta de aquel lugar que parece nutrirse de humo y caricias de tercera división, nos mirábamos como si hubiese llegado la hora de la pelea, con la diferencia abismal de que tú no querías mancharte el carmín de los labios y a mí nunca me han sobrado ganas de mirarte el idioma en que han escrito la etiqueta de tu ropa interior, así que nos dimos mus y esperamos que la baraja, esta vez, fuese clemente, y nos diese el bonus que la policía de cuatro estados nos había quitado por saltarnos los límites de velocidad cuando nos contábamos los lunares de tu espalda y los registraba como si fuesen tatuajes en mis hombros.

Me hablabas en el idioma que sólo entienden los que han construido su imperio en un cubito de hielo al fondo de un vaso de cristal, y sólo me entraba hambre al escuchar cómo pronunciabas los verbos irregulares entre planes de trastienda en los días en que no querías levantarte de la cama. Me abroché el abrigo como se abrocha uno a los sueños de tinta roja y desperdicié siete minutos y pico en carraspear una despedida que pudiese estar nominada en la próxima gala de los premios del cine, y cuando nos separaban más de tres baldosas de acera y al menos dos vidas y media de paisajes lunares de ropa en los rincones de tu habitación, te miré con las manos de ver de lejos y pensé que era otra de esas carreras que empiezan después de haber llegado a la meta, y a partir de ahí sólo te queda intentar llegar a la salida antes de que se hayan apagado las luces corriendo demasiado rápido mientras te preguntas por qué nadie te contó las normas de la maldita partida de los cojones.

Resonando: Memorias del futuro_Mala Rodríguez

9 comentarios:

mimosa dijo...

que hermoso tu escrito
hay muchos blogs de españa

y la mayoria son lindos y este no es la excepcion

vega dijo...

Suena demencial... Hay partidas en las que las reglas cambian cada minuto, para que siempre gane la casa... no sé. Yo en esos casos tiendo a enseñar todas las cartas. No hay nada que perder, supongo. Esa es la conclusión

Iraultza dijo...

Gracias mimosa, un placer que pases por aquí.

Vega: y otras en que uno siempre va a remolque, y si encima es de digestiones lentas, uy, entonces ya ni con sal de frutas.

Princess Valium dijo...

Una de esas noches, otra noche más como tantas otras noches; el juego se repite sin normas establecidas, sin reglas que seguir. No sé si es más emocionante así, pero a veces resulta más jodido que otra cosa.
Besos y más besos

Elena -sin h- dijo...

Las mejores partidas son esas en las que te vas inventando las normas a contratiempo. Es cierto que nunca ganas, claro, pero a veces es más importante el tiempo que no has perdido.

Hace tiempo que no me cuentan los lunares de la espalda!

(s_gg) dijo...

"A esas horas insanas en que si no has cerrado los bares, se te abre el corazón" Cuántos pensamiento caben en esta frase...

Iraultza dijo...

Princess: a veces la emoción se la pueden meter por los cojones (con perdón), si, estoy contigo, es más jodido que otra cosa. Besos completos.

Sherezade: podría ser, si, inventarse las normas a contratiempo, ah! se siente, haber preguntado (me has recordado a los famosos gritos por el barrio de alguien con aquello de "se renuncia!!!" mientras la mitad de los niños jugaban al rescate o a cualquier otra cosa en mitad de esos veranos laaaaaaargos de entonces). No dejes de lado eso de que te cuenten los lunares de la espalda, es un gran plan que llevar a cabo, te lo digo en serio ;-).

(s_gg): espero que algo más brillantes que los que me surgían a mí al escribirla.

La Maga dijo...

Soy de donde comienza latinoamérica, a algunos les gusta llamarle Tijuana. Me encontré tu blog por un error del web surf y ha sido lo más gratificante que he tenido mi día.

La Maga dijo...

Soy de donde comienza latinoamérica, a algunos les gusta llamarle Tijuana. Me encontré tu blog por un error del web surf y ha sido lo más gratificante que he tenido mi día.