29 septiembre 2007

El hall de tu ombligo

Llego a ti por tu cintura, por alguna de las dos entradas que tiene tu cintura, la del este y la del oeste, y en cualquiera de los dos es una entrada triunfal a tu ombligo, a tu mundo, que ya es el nuestro.

Y me quedo un rato paseando allí, porque es como el hall del edificio de los sueños, tu ombligo circular, como un leve dibujo mágico entre otras estancias de aquel edificio esculpido a los días laborables y los festivos por un color concreto.

Y al cabo del rato, me entra el ansia, lenta pero inexorable, de tener que decidir a dónde dirigirme. Podría salir hacia el norte desde aquel hall, pasear en aquel jardín rebelde y delicado a la vez, como una noria o un algodón de azúcar, y desliar mis dedos entre esa seda decidida y serena que tiene tu piel, o podría llegar al sur, al dormitorio principal, a ese lugar privado donde todo se derrite, donde nada dura más de lo que queremos que dure ni nada duele y cada loco con su loca, y sabemos mezclar como nadie manzanas, risas y ponerle tu nombre a los deseos.

Y lo susurro a tu oído y lo recorro con los dedos, un itinerario y un cuento, el cuento del hall de tu ombligo, el itinerario sin mapas que recorro con los ojos cerrados para estrujar todos los rombos que caben entre mis brazos y mantener conversaciones de unos minutos con la luna mientras tiene cobertura, porque luego y mañana, me quedaré con ese sitio al que ya le he puesto nombre, y al que quiero volver, el centro de tu edificio, la gravedad de tu sistema físico y del sistema meteorológico.....el hall de tu ombligo.

Resonando: Your body is a wonderland_John Mayer

19 septiembre 2007

Disculpen las molestias

Por problemas ajenos a la dirección, tenemos que interrumpir la emisión temporalmente. Disculpen las molestias.

Aún me acuerdo de este texto que se podía escuchar en la televisión a veces o en la radio, supongo que estaba ahí guardado y no sabía que estaba, y hoy, mientras masticaba algunas cosas, de esas que saben mal, de esas que te dejan un regusto extraño y agrio en el cielo de la boca, de esas que no entiendes, de esas que te duelen, de esas que te hacen el mundo como si fuese un nudo imposible de deglutir, me he acordado de ese párrafo conciso y exacto que recitaba con la máxima seriedad una voz masculina cuando yo era muy pequeño y que sin saber muy bien porqué, lo recuerdo.

No son problemas ajenos a la dirección, ni siquiera creo que exista dirección. El plural mayestático es simplemente pura literalidad, pero es de una singularidad que abruma. Pero la interrupción si, eso no sólo es recuerdo, también es presente. Lo de la temporalidad, ya se verá.

Mientras tanto, y magreando a la vez varias frases que no son mías, una ciudad es un mundo cuando se ama a uno de sus habitantes, y los recuerdos se pueden ver, pero no tocar, y todo lo que se recuerda es vago y es borroso, por tanto y hablando con la autoridad que me da el fracaso, hay tormentas que se tienen que pelear en silencio...y solo. Mientras tanto, no os vayáis muy lejos.....por si acaso.

Resonando: Turnedo_Iván Ferreiro

16 septiembre 2007

Más bonito infinito!

No podía ser de otra manera, si, ya lo sabes verdad? Nada de ni frío ni calor, nada de aburrirse, nada de excusas para escaparse por la ventana del baño, no, nada de eso, ni de las mil chorradas que nos temimos tontamente unos cuantos días antes en esas esquinas redondas de los días en que todo consistía en descontar.

Fue lo que tenía que ser, lo que sueñas que será pero no lo dices para no romper el hechizo, con ese por si acaso bobo que mascullas entre dientes mientras no lo dices, para que haya posibilidades de que sea como piensas. Y al final, si, ha sido como lo pensábamos.


Caminaste en la parte de atrás de aquel escenario y pareció como si las manecillas de aquel reloj me mandasen un mensaje en clave "si, traduce, las 18:10 significan, mírala, como lo imaginabas....acércate a decírselo al oído....susúrraselo, acabas de comprobar que si, que la pérdida de papeles de manual que se mantenía en un hilo, ya es cierta".


Y a partir de ahí me subí en tu mirada, te lo dije un rato después, pero no me creiste y me pediste explicaciones, pero esas cosas no pueden explicarse, fui consciente de que acababa de llegar a mi cabo polonio, y en ese instante inicial, cuando buscábamos un lugar de tres pisos y luego un montón de casitas de muñecas me di cuenta, te echaría de menos, como dice la canción.


Y bailamos entre burbujas, camareras que me miraron raro al pedir algo que no sabían lo que era, unas calles que parecían esconder la direcciones exactas pero que encontrabas sin problema, las fiestas de los demás que eran infinitamente menos divertidas que la nuestra, unos fuegos artificiales de media hora, una película de la que decidimos no seguir hablando, unos tacones que se quedaron en el bolso, unos dientes que mordían tus brazos, un intercambio de regalos que me hicieron sonreir y darme cuenta otra vez de que te echaría de menos porque ya no había dudas en el aire, ahora estabas allí y era mejor aún que unas horas antes cuando no estabas delante, porque ahora morderte el cuello me parecía el mejor plan que se había inventado y tú su majestad.


Y una canción que no me gustaba y que creía que sólo era una, pero duraba mucho rato, tu risa, si, siempre tu risa llenando de luz la noche, y aquello de atún y la duda entre si dulce o salado, y un río con escenario del crimen y los bancos sudando, y muchas iglesias y tu risa, y tu mirada, y mis ganas de abrazarte, y la humedad donde saltaban aquellos peces que desaparecía mientras tus labios me tatuaban tu nombre entre los míos, y te acariciaba como si no hubiese nada más en el mundo, porque realmente no lo había, y aunque no hubieses pedido aquellas fotos, sé que habríamos estado en el mismo sitio, porque hay cosas que no están en la lista de pasos del azar, sino en otra, en esa que era para nosotros. Y un gatito nos miraba caminar raro, y la hierba te mojaba los pies y algún callejón se encendía cuando amenazabas con entrar, y el suelo empedrado nos llevaba a aquel sitio algo pijo que te gustó, y me abroché a tu cuerpo, como si estuviese hecho para mí, para no soltarme, aunque a ti todo te parecía raro, y no paramos de hablarnos de esa forma que le valió a la luz para llegar, y te demostré que no sólo lo platónico era para ti, que la ropa interior también me gustaba mordértela, y pusiste el engranaje de tu cerebro a funcionar y te hiciste transparente y te memoricé sensorialmente para no olvidarte (tu voz, tu risa, tu mirada, tus pómulos, tus labios, la curva de tu espalda, tus muslos, tu cuello, la deliciosa linea de tus caderas....tu ombligo), y escribiste aquella nota genial en aquella libreta junto a la mesilla para que la descubrieran un rato después, cuando ya me habría quedado más solo, un momento después de sentirme el rey del mundo llevando en carruaje a mi princesa bacana, cuando la carretera sonaba a todo, a tus palabras, a tus sonidos grabados en aquel ombligo que ya he probado y al que estoy enganchado, cuando colgabas carteles y seguías pensando y el engranaje rodando, cuando me detenía en cualquier lugar demasiado lejos de ti a tomar un café que se me quedaba entre los labios sabiendo a ti, como tu olor en mi piel y las canciones tuyas que cantaba a voz en grito, supongo que intentando conjurar las ganas de verte ya y volverme a quedar durmiendo entre el suave tacto de tu piel......y mil párrafos que sé que voy a escribir sobre ti. No debo coartarte, ya lo sé, pero estoy mirando el teclado......y las reglas ortográficas......y no quiero puntos y aparte, ni paréntesis, no, nada de eso....., tengo que decírtelo, pon puntos suspensivos, mastica, y dale puntos y seguido.


Ya lo dice la canción.............Tengo que dejarte o no voy a llegar. Me gusta cuando duermes y odio madrugar, no tienes porqué sentirte mal, te echaré de menos hoy....


Resonando: Te echaré de menos_Los Piratas

09 septiembre 2007

No hay vértigo


Si, si, yo hubiese querido escribir eso para ti, aunque me dijeses que me subo en el vértigo, y yo siempre te contesto lo mismo, a quién le importa el vértigo, es algo que no debiera preocuparte.

Y tú lo escribes, no eso, sino algo mejor, porque es para mí, y le quitas importancia argumentando que fue en cinco minutos, pero como el vértigo, a quién le importa.

Hay algo que no te he dicho, sabes esas veces en que alguien lo llena todo, pero no de manera agobiante, sino llenándolo todo de luz, de risa, de caricias deseables, y no importa medir, ni controlar, ni sumar, sino respirar, con absoluta libertad y limpieza, como se hacen las cosas que deben hacerse y que se hacen bien, poco a poco, pero sin dejar de degustarlo.

No, no te asustes, anda, que a estas alturas debieras saber que no te voy a subir en ningún cohete en el que no puedas respirar, todo lo contrario, aunque no lo creas soy muy racional, y ya me caí de varios globos como para haber aprendido a subir con suavidad y eso que a veces te digo de cuidarte y mimarte también conlleva eso, que no te marees, que no te asustes, que te sientas cómoda, segura, que sonrías....
Y lo demás, pues eso, poco a poco, y mientras tanto, no hay nada mejor que bañarse en todo lo que llenas.....si, como esa canción...es natural y es bueno, y si es bueno, yo juego...

Del alba el rosa, de Drácula lo rojo, domingo, la bici, domingo, el reposo
El viento, la brisa, tu cara, tu sonrisa, despierto tras la siesta, tenderé la ropa,
La ropa se seca, regaré las plantas, cortaré las hojas o las dejaré largas
Legañas en los ojos, lentejas en remojo, me miras el trasero ja, y lo meneo
Julio en la onda, cinco de la tarde, leche con galletas yo, dentro del pijama,
Empieza la jornada, qué tal el partido? Mi equipo ya ha marcado, casi siempre gana,
Bajo la manta, mi niña acurrucada, el sofá es, como una balsa,
El salón en la penumbra, alquilamos una peli y acabamos en la cama.

Jugando a vaqueros y haciendo un poco el indio, pito pito gorgorito,
Que me voy, que ya me he ido, que ya he vuelto, que si, que si, que si, que a tu lado como un crío
Que a tu lado lo rizo, que a tu lado la crema, a tu lado lo subo,
lo elevo, lo extiendo, lo huelo y lo planeo, peinando las nubes, si, pintando el cielo
Hecho lo hecho y dicho lo dicho, prepararé la cena porque estaba escrito,
porque estaba escrito, porque estaba escrito, verdurita buena, si
En un dos por tres o en un tres por cuatro, tu cara, tu retrato, en mi corazón
Guardado entre sedas, como las estrellas, brillo a tu sol, dale gas es natural
es bueno, y si es bueno, es natural, que si, es natural y es bueno, y si es bueno, yo juego, dale gas......


Resonando: La luz de la mañana_Facto delafé y las flores azules

05 septiembre 2007

Ganas de ti

Enciendo la luz al entrar en ese pasillo de gravitatorios recuerdos o imaginación y ni siquiera siento breves mareos, nada, hoy la teoría gravitatoria tiene fiestas que guardar.

Llevo todo el día buscándote, entre charlas insustanciales, entre quince cosas a la vez, entre rostros que no me dicen nada y sin embargo no paran de hablar, entre bandejas de entrada que se llenan desde primera hora de la mañana y no consigo vaciar, como un bote lleno de agujeros en mitad del océano, y postergo, mientras tanto, tomar aquella decisión que tontamente había casi olvidado en las últimas semanas, y mientras tanto, me acuerdo de ti.

Esquivo varias miradas que no me puedan despistar y consigo quedarme a solas, como pretendía, para ir a aquel lugar a mediodía que suele dejarme nuevo, relajado y sin sorpresas entre las costuras de la corbata, y doy vueltas, del principio al final y vuelvo, una y otra vez, en un silencio que tarda en llegar, pero cuando llega se queda conmigo, y si, entre giro y giro, ahora también me acuerdo de ti.

Vuelvo a buscarte entre los botones de una máquina que no ofrece lo que se le pide y subo y bajo escaleras, y entro y salgo de varias salas, permaneciendo un rato dentro de cada una, diciendo lo que se me pasa por la cabeza, bueno, no todo, porque si lo dijese todo, entonces habría hablado de ti.

La decisión que postergué, por fin, aunque casi la había olvidado, la cojo por los hombros y me la echo a la espalda, buscando un nuevo aire, o simplemente poder respirar algo más, que no es mucho ni poco, sino todo lo contrario, como una lámina que me hace gracia aunque a ti te dé escalofríos, si, cuando salgo de aquel despacho, también me acuerdo de ti.

Y ahora si, enciendo la luz de aquel pasillo que parece convencido de que la gravedad la llevas tú, y busco tu abrazo, o los botones de tu vestido, o simplemente tus labios y tu cintura, y desabrocharme del suelo para flotarte los sueños, para acariciarte la espalda hasta que no puedas parar de reir, hasta que te susurre al oído aquel nombre con que me encanta llamarte y a ti te dé algo de rabia....si, hoy verdaderamente te he echado de menos.

Resonando: Ganas de ti_Jorge Drexler

02 septiembre 2007

Jazz desde una esquina del mundo


El otoño lo puede resumir esa canción, que suena a años 70, pero que descubro en mitad de una película a la que le tenía ganas desde hace tiempo y que me encuentro por casualidad hoy. Y me pongo a investigar sobre el autor, y suena realmente bien, desde Etiopía, jazz que viene de uno de los países más pobres del planeta.

Y especialmente ese tema, que se cuela en lo más sensorialmente oscuro que tiene uno, con ese Hammond sonándolo todo, o ese saxo y esas trompetas que dibujan esquirlas plateadas en ese anuncio de otoño repartido de sonrisas, tus sonrisas, que ya puede olerse en mitad de una acera cualquiera cuando bajas a la calle y te dejas caminar por cualquier sitio.

La película me gustó, confirmó lo que ya esperaba, cómo un tipo que se supone que lleva haciendo comedia desde hace treinta años, le sigo prefiriendo por esas dos películas donde está completa y terriblemente rodeado de soledad. Quizá porque su rostro en ambas películas es igual, es un rostro hierático, sin gesto, como el personaje que interpreta, como la soledad más desnuda y pedregosa, esa que puede morderte la espalda en una ciudad al otro lado del mundo o en tu propia casa.

Y cuando apago el televisor pongo la canción, muy alta, para escucharla con los ojos cerrados, para poder recoger en la pituitaria todos los aromas, y suena sensual también, en cierto modo, esa base sinuosa que no se detiene en los tres minutos que dura, una batería y un par de acordes de guitarra sonando repetida y seductoramente al fondo, en su ciclo, como los latidos del corazón, que están ahí aunque las palabras digan otra cosa, y los movimientos, y las cosas que hacemos cada día o las cosas que decimos cada minuto, pero de fondo suena otra marea que acompaña todo lo demás, una marea tranquila que a veces se encrespa y rompe violentamente en la playa y otras está en calma...como mis labios o tu forma de mirar el mundo.

Resonando: Yegelle Tezeta_Mulatu Astatke