17 agosto 2008

A la sombra de la luna

Es mejor no empeñarse, es mejor que sea lo que sea, como quiera ser, como quiera estar. A veces es suficiente con estar.
Un eclipse lunar había participado de toda esa música con tanta gente y se había retirado a tiempo a descansar mientras yo me montaba en el coche con tiempo por delante y ganas escondidas de desenredar ovillos. La luna repartía esa tela vaporosa de luz por el cielo cuando esa ciudad se quedaba atrás y el viento frío me rozaba los brazos.

Un montón de cosas se estarían desmontando en mitad de esa madrugada, las sombras aceradas que contemplaban la autopista podrían ver esos dos breves puntos de luz que la atravesaban mientras sonaba otra vez esa canción que había escuchado deleitado la noche anterior.

El asfalto vacío se lo tragaba todo y generaba una sensación pacífica de tránsito cómodo. Quizá fue la mezcla completa, quizá casi siempre resulte inútil buscar una razón concreta porque es cuestión de la mezcla aparentemente inconexa de muchos detalles que se van sumando. Por eso quizá esta vez fueron los tres días incansables rellenados artesanalmente de corrientes elegantes, de momentos de euforia sin motivo concreto, por una forma de hacer las cosas, por unos cuantos momentos brillantes de los que me escriben los credos y unas cuantas sorpresas más. Quizá ayudó todo eso, y algo más, esas dos o tres frases que la hicieron sonreír a distancia, la luna bailando con la sombra, el silencio dormido de unos amigos a tu lado y la carretera vacía, la madrugada complaciente y esa voz devorando las ganas interrumpidas, el botón del volumen moviéndose poco a poco hacia la derecha y pensar que esta vez, no importaba recuperar un poco de calor aséptico en mi ciudad.

A esas horas extrañas en que alguien batía algún record en la otra punta del planeta, el pasillo gravitatorio cerrado por reforma me daba la bienvenida y el colchón me guardaba todo el calor que podía darme. Porque a veces, es mejor no empeñarse, es suficiente con estar.

Resonando: In repeat_The Gift

4 comentarios:

vega dijo...

has vuelto de vacaciones y no has dicho nada?? me parece muy mal fatal... que lo sepas.

Las duermevelas me parecen como siempre, vamos, muy bien.

AAN dijo...

Sí, pero a veces estar no es suficiente. Tú cuerpo puede encontrarse allí, pero no tus latidos, ni tus ganas de pintar, ni el escondite de tus sonrisas, ni esa persona que te hace cosquillas detrás de las rodillas...

PD: yo no soy fotogénica

AAN dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Iraultza dijo...

Vega: vuelvo a disculparme desde aquí....intenté disculparme en directo, pero.....ya sabes lo de las perdidas y eso no? ;-). Besos disculpatorios.

Aan: como otras veces, seguro que cada uno tenemos escenas diferentes en la cabeza sobre las que deshilachamos los argumentos, por eso opinamos cosas distintas....pero las sensaciones que pretendía describir yo, para esas al menos, si, estar es suficiente, estar en uno mismo, sin más. Ah, y yo tampoco lo soy, pero eso no importa, je. Besos.