Cuando te conocí no eras nada, o al menos eso me dijiste, porque acababan de dejarte sin darte explicaciones.
(Como si las explicaciones corrigieran nuestro dolor o lo atenuasen alguna vez).
Cuando te conocí tenías el cuerpo mojado, por dentro, y siempre me decías que no se puede caminar con tanto peso, porque no se puede volar, y vivir de verdad es volar un poquito.
Cuando te conocí me susurrabas nanas al oído, porque decías que te recordaba a aquel verano extraño que llegó hasta diciembre.
Cuando te conocí me decías que no pasaríamos más inviernos solos, porque nos teníamos el uno al otro.
Y sin embargo, cuando me he despertado esta mañana, te habías marchado, sin darme explicaciones, dejándome sólo, en este invierno que ha comenzado antes de finalizar el verano, y sin siquiera ser capaz de levantarme de la cama he empezado a notar como me empiezo a llenar de agua por dentro...
Resonando:La ciudad del viento_Quique González
No hay comentarios:
Publicar un comentario