22 marzo 2007

La chica del andén 1.1

Nunca había creído en supersticiones, ni cosas parecidas. Pero al verla decirlo con aquella seguridad, con aquella capacidad para intimidar, en el buen sentido de la palabra, casi podía ser capaz de creer que ella tenía algo que ver en que por azar hubiese decidido coger aquel metro, por el mismo azar que había hecho llover de repente, por el mismo azar que le había llevado a diez metros de aquella estación, por el mismo azar que le había hecho tener que cambiar un billete de cinco euros en un bar cercano para tener algo de cambio y poder comprar el billete y que le había hecho perder el metro más inmediato y tener que esperar al siguiente.

Caminaban sin ninguna prisa hasta algún sitio que estuviese abierto y no estuviese demasiado abarrotado, probablemente dos condicionantes excesivos para ser miércoles.

- Dime sinceramente qué es lo primero que has pensado de mí – Ella preguntaba las cosas con naturalidad, con esa especial atracción que ofrecen las personas que no tienen ningún miedo a una respuesta.
- ¿Sinceramente? ¿Estás segura de tener capacidad de escuchar mi respuesta con sinceridad?
- Tengo muchas capacidades, esa es una.
- Que eras una chalada. ¿Quién, en su sano juicio, se pone delante de un tipo que no conoce de nada y con los cascos puestos comienza a cantar una canción y bailar a menos de veinte centímetros de su cara?
Empezó a reír de nuevo, con esa carcajada con olor a fresa que parecía ser tan suya como sus ojos.
- Bueno, ¿quién, en su sano juicio, después de presenciar unos minutos de actuación musical en semiplayback de una chalada, se levanta y mirándola fijamente a los ojos le pregunta si alguna vez ha pensado en participar en Operación Triunfo o en El club de la comedia? Y además ofrecerse como mi representante.Vale, entonces aceptemos que por sano juicio no nos viene nada.


Resonando: Me tienes frito_Muchachito bombo inferno

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